De: "Un insoportable desatino..."
¿Y las cuencas en el vientre de la tierra y sus mares de lava hirviente, el coro de trinos sin pentagramas en la arboleda, casualidad, pura casualidad?
¿Para qué detenernos y perturbarnos al pretender explicarnos tantas cosas y realidades inalcanzables para el hombre, como esa tontería de creer sin ver...?
Eso sí, se le rinden pleitesías y honores al dios topoderoso del dinero, el placer, de las evasiones pletóricas que los dejan como en el aire, felices, con la mirada perdida, como para andar complicándonos con los laberintos del más allá ni con la eternidad.
Despertemos de una vez a los dormidos que insisten con cosas sin sentido. De ellas se ocupan solamente los que sueñan, el sueño loco e irrealizable del amor...
A nosotros no nos van a seguir con esas cosas, que bien sabemos lo que es la libertad, que sabemos de sobra cómo encarar la existencia en esta vida, y no las mentiras que nos pretenden inculcar quienes nos han precedido que no terminan de entender que esas tonterías ya fueron, que deseamos vivir sin las tenazas que tuvieron apretadas a generaciones ahogadas, reprimidas, a quienes le ponían un corset hasta en el alma...
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