martes, 15 de junio de 2010

¿Epílogo?

de: "Los murmullos del silencio..."

Esta vez en los pantallazos de mis libros en este blog, empezaré por el final.

Uno jamás culmina nada.

Todo es un aporte, un grano más para el inmenso desierto, un sencillo y humilde intento de recomenzar otra vez.
Esa convicción ha vivido conmigo y sin fatigas, acompañando mi largo y esforzado caminar.
Me he referido en diversos títulos a muchas historias no olvidadas, acá y allá, me ocupé de ellas por donde me llevó la vida cruzando fronteras...
No existen los epílogos ni los fines, son meros anuncios formales que yo también utilizo, con la única intención de marcar etapas. Sólo por eso, puesto que son las que nos van aproximando a la meta.
Para mí lo esencial es partir, arrancar, amanecer con otro intento por delante. para poder encarar la sagrada misión con la que vivo comprometido e involucrado.
No hay fines ni epílogos . Hay sí, energías que se renuevan, en transformación signada por la naturaleza cósmica de la que somos parte, como mera fracción de lo inconmensurable.
Como no lo sabemos bien, lo llamamos caos.
Como no somos capaces, todavía, de entender a fondo la expansión constante, la denominamos, infinito.
Como no tenemos una explicación para el "principio" que pase por el tamiz de la razón, le adjudicamos el concepto de explosión universal.
Como somos, en general, soberbios y autosuficientes, no nos detenemos en lo que tantos designan como tonterías de la fe...
Si no lo veo no lo creo, y si creo sin ver, soy un iluso que no considera la realidad.
Y bueno, yo divulgo la verdad que se coló en mi corazón que no le pidió permiso a mi razón para reservarle lugar privilegiado en mi ser.
Soy un medio empecinado, un mensajero, un obrero del amor que le ordena a su mente que tiene prohibido cansarse y quejarse, que me esfuerzo en compartir lo que siente mi corazón...
....

domingo, 6 de junio de 2010

Me lanzo mar adentro...

de: "Los murmullos del silencio..."

He observado detenidamente lo que está a mi alcance del universo que nos rodea, y lo siento bullir con un sentido multitudinario de caos, que me impulsa a la búsqueda de una verdad necesaria entre los hombres, en este presente que me ha tocado vivir.
Necesito la captura específica de la trama, y confiado nuevamente me lanzo "mar adentro", sin tenerle miedo a las turbulencias ni a los que se cobijan en ellas...
Tengo el derecho a intentarlo. Aprendí a nadar también en las aguas turbias, y además , como estoy curtido por las intemperies a las que me expuse, más de una vez tuve que rescatarme de eventuales naufragios.

sábado, 5 de junio de 2010

Los murmullos del silencio...

En treinta y tres días escribí una nueva novela a la que le puse por título: "Los murmullos del silencio..."
Fue un torrente que si no lo liberaba, me desbordaba.
Se lo dediqué a mis herederos, a quienes no les dejo cosas materiales de gran valor.
Les dejo los que para mí son aquellos intangibles, valores que valen mucho, pero mucho más...
Eso justifica para mí, mi paso por la vida.
Nunca fui amigo de la actitud silente, cuando el cotidiano acontecer me sacudió o me comprometió y tuve que actuar o expresarme.
Una vez más, con ese intento, me involucré desde el taller de mi alma...
Iré compartiendo en este blog sus contenidos, como lo hago con otros títulos, con pantallazos en donde me referiré a este presente tan vilipendiado...