jueves, 16 de julio de 2015

Los intangibles del alma, no están en venta...

Directo y al grano por donde nos lleve la vida pero con un sentido, sin disfraces, sin confundir a nadie y sin ánimo de convencer, puesto que cada quien tiene el legítimo derecho de pensar y actuar como mejor lo entienda...
 
Eso sí, sin invadir límites que no nos pertenecen, sin creernos dueños de la verdad, sin el más mínimo atisbo de intolerancia y el mayor respeto.
 
Pero eso no quiere decir que tengamos que doblegarnos ni aceptar cualquier cosa en ese "todo vale" tan creciente en la sociedad moderna, porque en el largo vivir hemos aprendido que hay momentos en que arrugarse no es conveniente, silenciarse puede convertirse en peligrosa complicidad, cuando hay formas y tribunas en las que compartir y debatir ideas es lo más aconsejable y mucho más todavía, cuando nos estamos refiriendo a las sombras de los tormentos que opacan la vida de tanta gente.
 
En lo que me es personal, no someto mis ideas por derivas trasnochadas, del mismo modo lo intento con mis dichos y mi libre discurrir,  no condicionándolos a la opinión de los demás y a las circunstancias que tenga que enfrentar.
 
A mí  lo que más me interesa es cumplir con mi conciencia, es mantener la coherencia para llevar hacia adelante todo cuanto me han dado que es lo más valioso que poseo, y lo  que pueda haber conquistado luchando y transpirando la forja con la cual me formé.
 
Directo y al grano por donde vaya, sin atropellos por los senderos por los cuales he optado, pero con la serena convicción de pisar firme en el intento de mojarme en toda circunstancia enarbolando el esmero que convive conmigo para que ninguna semilla de hipocresía pueda crecer en mis entrañas para proseguir  por mis sendas, ni traicionera espina dañe a nadie con las trampas del engaño que no tiene empatías conmigo...
 
Se compartan o no, mis ideas, mis dichos, mis testimonios, son los que he podido elaborar en el permanente intento de elevarme, y con ellos seguiré sin engañar a nadie, sin ponerle precio a nada, porque no tengo en venta ninguno de los intangibles del alma...
 
Y esa es mi mayor riqueza. Una que no ingresa en los torrentes fríos, mezquinos y sin alma, que se balancean insensibles en la cultura del descarte y el materialismo que han envilecido conductas hasta grados incomprensibles.
 
Por muchas de esas cosas el mundo está tan enfermo, con tanta insensata indiferencia, con alevosa soberbia, porque nadie debe vivir bajo el imperio de los antojos caprichosos de los que pueblan las cúspides piramidales intocables y secretas, nadie puede evadirse de cárceles de alta seguridad cavando túneles con alta tecnología, si no compra conciencias en ese "todo vale" del dinero negro y ruin del narcotráfico, como en las guerras que se provocan para vender armamentos, o en las fuentes de energía más sanas para el medio ambiente, alternativas que no aparecen mientras se mantengan los reinados de los intereses creados del "poder y del tener", endemias con devoradoras metástasis e insensibilidades de las mafias que son un verdadero genocidio, como el permitir que tantos semejantes dejen sus vidas en el fondo de los mares, por buscar un resplandor para sus esperanzas,  una dignidad que en sus tierras se les niega...


viernes, 10 de julio de 2015

Para salir del CTI o del UVI

Se nos ha dado la vida por amor y para servir...
 
¿Qué tiene que ocurrir para que el hombre se convenza de ello?
 
No hay mayor riqueza, ni trofeo, que el pasar por la existencia sintiendo el pleno reconocimiento de que amas y eres amado, por todo cuanto lo que se alcanza y se conquista ofreciendo el ser sin reservarse nada...
 
No es el "tener" ni tampoco el "poder" lo que materializa el éxito, es la sencilla virtud de servir, ese invalorable intangible que te lleva a darlo todo, hasta dar la vida si es preciso...
 
Es muy sencillo, simplemente uno se tiene que convencer que cuanto le han dado con los supremos dones gratuitos, y alguna condición que pueda haberse forjado, no son para alimentar el "yo" sino para hacerle una ofrenda al "nosotros", que es lo que nos pide el Amor, para que creyentes y no creyentes hagan lo posible para que este mundo enfermo se transforme y entre en sala, saliendo del CTI o del UVI que es lo mismo.
 
Claro, primero hay que aceptar que estamos enfermos y tomar los medicamentos que lleguen más directamente al alma de cada uno.
 
De lo contrario no vale la pena vivir, para estar desparramando contagios que nos van convirtiendo en despojos, en esta cultura del descarte...