miércoles, 25 de marzo de 2015

Nunca le puse reloj a mis entregas...

Nunca jamás le puse techo a mis entregas. Ni en lo personal, ni en lo profesional, todo lo contrario.
 
Me he involucrado con mis principios a cuesta, siempre con la pasión sin la que nunca supe vivir. Lo he intentado constantemente, paso a paso, ladrillo a ladrillo, siempre buscando el resplandor que está en lo alto para merecer el derecho de otear en horizontes nuevos y esperanzadores...
 
No pude concebir en mi ya largo transcurrir, ninguna mezquina indiferencia. En mis entrañas está la docilidad ante los llamados, que es un modo de darle verdadero sentido a la vida en primer lugar para el gozo legítimo en cuanto al uso de mi libertad, y también, por la común unión que acompaña mi existencia con todo aquello que me motiva cuando las circunstancias me reclaman entregas a las que nunca vinculé con mezquinos canjes. 
 
Algunas vez expresé que yo no le pongo techos al alma, Tampoco miro el reloj cuando se me convoca o me involucran mis compromisos.
 
No lo he intentado como obrero del amor, cuando sin el don de la fe viví la mayor parte de mi vida, ni después, cuando comprendí que el resplandor no me pertenecía sino que también era una gratuidad de La Providencia, de la que no me desviaré mientras un latido permanezca en mí...
 
Por eso es que no comprendo ni comparto a los mezquinos, a los que tienen hielo en el corazón, a los que les resultan indiferentes los sueños y las ansiedades de sus semejantes, porque nada, absolutamente nada  sienten por sus desvelos que siempre les resultan ajenos.
 
Y se niegan personal o profesionalmente así sin más "lavándose las manos" como Pilatos, sin darse cuenta que hay seres que nunca renunciarán a sus sueños, que redoblarán apuestas por sus esperanzas, y seguirán haciendo huella paso a paso aproximándose a su destino, sin ellos, sin los hielos que los tienen congelados por dentro...
 
Más negativos son todavía, si subestiman, si continúan encumbrados o trepados a un falso pedestal que ellos mismos se han erigido pero que los demás no les reconocen, aferrados a un mirar "desde arriba", insisto, subestimando a los del llano, desconociendo que allí es donde están los que son más, y donde seguramente encontrarán al Rey del Amor...

miércoles, 18 de marzo de 2015

ASÍ ESTÁ EL MUNDO POR ELLO Y POR ELLOS...

Yo no olvido el ayer, tampoco quedo empantanado en todo lo que fue porque sería frenar las rebeldías de mis ansiedades, que se nutrieron con el universo de motivos y testimonios que el pasado me ha dado justamente, para que en este presente y en todos los que he vivido, pudiera proyectarme hacia el mañana en función de las utopías que han marcado los sueños de mi existencia.
 
A veces no nos damos cuenta de que somos transformación constante, partículas del cosmos que jamás detiene su caos en expansión constante, y como él, generando energías
más allá de las incertidumbres del tiempo por venir, puesto que si nos aferramos al concepto de que el vivir es un permanente presente (como lo es La Providencia), llegaríamos a la certeza de que es el tiempo en que se universalizan todos los tiempos del hombre sobre la faz de la tierra y en el universo todo...
 
De allí surge el resplandor, la luz de la vida, la Verdad que nos hace libres con el potencial inmedible en la infinitesimal porción que somos del infinito, como roca y valor esencial para convencernos de que es el presente en donde tendríamos que poner todo lo que somos al servicio de la maravilla de la existencia, y no desaprovecharlo porque el ayer ya pasó, y el mañana es tan incierto que podríamos no llegar...
 
Abramos surcos cuando está a nuestro alcance, reguémoslos transpirando la vida con sacrificios para que de allí surjan frutos revestidos de dignidad, para que quienes pretenden acorralar la dignidad de los más, no puedan lograrlo ni tengan la complicidad de los mediocres que siempre se venden al precio mezquino de treinta dineros...
 
Así está el mundo por ello, y por ellos...
 
 
 

domingo, 15 de marzo de 2015

ESA INQUIETUD VIVE EN MÍ......

Yo vivo aferrado con todo mi ser a esa inquietud que vive en mí...
 
No lo puedo remediar, y nunca intentaré separarla de mí porque está en mi naturaleza, forma parte inseparable de la singularidad a la que me aferro. dado que está adherida como abrojo que se me pega al alma.
 
Cuando se me otorgó gratuitamente la maravilla de la vida, me grabaron a fuego una marca, para que yo jamás ignorara que si bien existo por la bendición de una gratuidad de La Providencia, debo cargar el peso inmenso de devolver con frutos cuanto se me ha dado para conquistar el derecho de transitar senderos en un permanente transpirar en aras del amor.
 
Para ello, para misión tan honda, nunca cerraré mi corazón con el candado de la indiferencia que se abre solamente cuando la mezquindad se hace presente.
 
El secreto encanto por el cual no me arranco ese abrojo del alma es que mi universo interior no le permite apagones ni pausas a mi transitar, porque mi mayor anhelo, mi superior ambición es no ser prisionero de ninguna tentación que me haga caer en el naufragio en el que pueda claudicar y engullirme hacia los bajo fondos sin rescate de la insensibilidad y el desamor.
 
Es, utilizar la brújula que me permita aproximarme constantemente al atajo por donde pueda elevarme, para levantar vuelo y mantenerlo, únicamente para recibir el trofeo de la realización, premio máximo al que aspiro sin otra ambición ni cálculo que el de amar y ser útil a los míos, a mis semejantes, y entre ellos a los más indefensos y olvidados porque es allí donde la Verdad suprema estará para oxigenarnos por dentro para que cumplamos con los roles para los cuales nos han regalado la vida.

No necesita trofeos el amor cuando se da así, naturalmente, porque sí...
 
Es por eso que lucho sin desmayos por conservar la existencia y le niego espacios a las fatigas que terminan por detenernos y hasta anquilosarnos, entrenándome hasta la obsesión también en mis noches sin sueño, por esta pasión que le pongo a mis actos  y le da verdadero sentido a mi existencia... 
 


miércoles, 4 de marzo de 2015

Qué fácil es levantar vuelo...

Por darle importancia a otras cosas, por priorizar superficialidades, por rendirle tributo a la mezquindad, por darle rienda suelta a los caprichos, por ser prisioneros de ruines propósitos, por arrodillarnos ante el altar de falsas idolatrías, por enajenarnos de tal modo que caemos en el precipicio sin retorno de no tener el más mínimo control de nosotros mismos, por perder nuestra salvación al caer en la canalla extrema del exterminio con el que se expresa el terror..., bloqueamos lo esencial, no oxigenamos el alma, se nos anquilosa el ser, dejamos de amar y al fin, nos confundimos y nos apartamos de todo aquello que está latente al dejar a un lado aquello tan valioso de: "qué fácil es levantar el vuelo..."
 
Sí, acercarse a la Verdad del amor, al intentar otear atajos que nos permitan alcanzar horizontes nuevos, más luminosos, más sencillos, dándole rienda suelta a nuestra libertad para que la vida tenga verdadero sentido, al optar por senderos que no nos lleven a ningún laberinto repleto de trampas...
 
!Que fácil es levantar vuelo!
Solamente tenemos que resolvernos a conjugar el verbo "amar" en sus tiempos más importantes: presente y futuro, o lo que es lo mismo, en cada presente que nos toque vivir..., porque estamos convencidos de que "el presente es un tiempo en el que se universalizan todos los tiempos del hombre".
 
Así tuvimos la osadía de definirlo hace ya varios años, y así lo reiteramos hoy. Pero para eso hay que sentir en el alma el coraje de amar y el propósito de levantar vuelo...