jueves, 2 de enero de 2014

Mochila cargada de esperanzas...

Para quien ha vivido la vida con la esperanza de una "resurrección" cotidiana (salvando respetuosamente las distancias), no es nada difícil aferrarse al concepto de que en cada aurora uno tenga que enfrentarse al propio desafío que nos renueva la vida...

Y por ello al comenzar un nuevo año, no podré impedir que mi universo interior se aplique íntegramente al ritmo que, paso a paso aproximándome, ha marcado mi existencia.

Y eso es lo que deseo para la vida de todos, que se suban al ring donde se pelea la vida, y al transpirar la contienda que les permita aproximarse a su destino, visualicen y conquisten sus sueños...

Lo deseo con la legitimidad de haber soportado siempre, el precio que los sacrificios me han demandado en el intento de elevarme para poder otear por horizontes nuevos...

No se nos ha dado la vida para padecer, ni para igualar hacia abajo, ni para mendigar los restos de ajenos festines, ni tampoco para quedar prisioneros entre las rejas de la mediocridad.

Nos la han dado, para un largo caminar llevando a cuestas una mochila cargada de esperanzas..., para que en cada etapa que alcancemos sepamos valorar verdaderamente el significado de una conquista renovadora que nos enaltezca la existencia.