miércoles, 29 de octubre de 2014

Hipócrita desvergüenza...

Cuesta calificarlos debidamente por sus conductas corruptas.

Manifiestan una hipócrita desvergüenza desde los espacios de poder que ocupan, no para servir como debería ser, sino para aprovecharse de sus influencias y darle rienda suelta a sus excesivas ambiciones con una codicia sin límites, camufladas de normalidad...

Subestiman a los demás, se consideran intocables y confían en que la impunidad los proteja constantemente.
 
De ese modo alientan el descreimiento de la clase gobernante en sus diferentes niveles y convierten lo que tendría que ser un verdadero apostolado de servicio, en una vil infamia.
 
Y lo que todavía no ha salido a la luz, los escándalos que permanecen ocultos por ese taponamiento que mantienen unos y otros y que felizmente aquí y allá, están apareciendo para que el escarmiento logre al fin, frenar este drenaje injusto, estos olvidos imperdonables hacia la gente que sufre, sobretodo hacia los que envueltos de angustias transcurren su existencia y contemplan absortos este espectáculo corrupto que pone en desconfianza también, a aquellos que nada tienen que ver con estos ejemplares manchados por dentro aunque se vistan de blanco.
 
Es un insulto infame e indigno, producido por oscuros acuerdos  y tarjetas negras, sobre los que es imperioso que la luz de la verdad ponga al fin en claro, las miserias de tantos miserables.

domingo, 5 de octubre de 2014

Una ruina para la humanidad

Siempre nos podremos entender si actuamos de buena fe.

Pero no será posible si obramos contradiciendo el sentido común de las buenas intenciones, que son las que no necesitan ingresar en laberintos de los que luego no es sencillo salir...

Excusas, tonterías, caminos escabrosos, malabarismos que pretenden esconder la verdad por cruda que sea, culminan siempre creando descalabros en las relaciones, desconfianzas, desunión, sospechas, justamente causada por quienes se esconden detrás de fachadas engañosas creyendo que de ese modo pueden sacar partido beneficioso, cuando en realidad ya empiezan perdiendo en la contienda del convivir...

La vida nos enseñó que así de simple actúa el prisma que descompone en los individuos la luz que a todos  nos viene desde lo alto, y que en tantos casos hay seres que la transforman en sombríos espacios de acechanzas porque no conjugan los verbos adecuados al negar los resplandores que son necesarios para no perderse en los laberintos de sus propios errores.

Por eso es que hay tantos conflictos en el cotidiano vivir, y en este mundo tan enfermo que hemos hecho.

Y una de las razones, es la mezquindad en la avaricia que se hermana con las excesivas ambiciones, capaces de llegar por esa ceguera a las crueldades más extremas.

Basta ver la escena del mundo y comprobaremos de qué modo se ha enquistado el horror por los odios, las intolerancias religiosas, las luchas del poder y del tener, las indiferencias, y las maldades del hombre sobre sus semejantes, porque han dejado a un lado el amor y todo cuanto él conlleva, para que la especie recobre el humanismo imprescindible porque herida, se desangra y pierde vidas de inocentes en la fatalidad de este presente.

Esto hay que frenarlo porque de lo contrario también se globalizarán los conflictos y el altísimo precio a pagar será una ruina para la humanidad que ya sabe el verdadero significado de estos martirios que al fin se constituyen en metástasis devoradoras de vidas ...