miércoles, 29 de marzo de 2017

SEÑALES QUE QUEDAN EN EL ALMA...

Siempre he de estar dispuesto a dar mi ser de alguna manera, pero las circunstancias influyen a veces, y en apariencia comandan, un poco más allá de nuestra voluntad...

Y lo hacen cambiando el rumbo, pero jamás el ritmo de mis persistentes propósitos, conduciéndome a respuestas a diversos llamados a los que no quiero ni puedo negarme...

Mi extenso caminar está plagado de intentos a los que nunca renunciaré por más que el viento en contra se interponga. Aprendí desde purrete esa gran lección, incluso mucho más allá de las heridas interiores que me ha dejado la vida, esas que son invisibles pero que son las que más duelen...

Las otras, las visibles, son las huellas que menos me importan, porque mantengo la convicción de seguir mirándome mucho más por dentro, que es de donde fluyen los mandatos del alma..., que me orientan a no anteponerme, a creer que soy lo que más debe preocuparme cuando en realidad no tengo otra misión que la de ser útil con mis testimonios siempre en concordancia con la Verdad que tanto proclamo...

Con eso le basta a mi conciencia, al saber que de ese modo le doy un sentido verdadero a mi existencia..., aunque jamás he de conformarme, esperanzado en lograr mañana, lo que hasta hoy no he alcanzado, todavía...

En los registros del alma, quedarán las señales con las que un día tendré que enfrentarme al tribunal "al atardecer de la vida...", donde "me examinarán del amor..."


jueves, 23 de marzo de 2017

UNA FLOR QUE NO SE MARCHITA...

"Yo he vivido dando tumbos, rodando por el mundo, y haciéndome el destino... Y en los charcos del camino la experiencia me ha ayudado por baquiano y porque ya, comprendo que en la vida se cuidan los zapatos andando de rodillas... Por eso..., me están sobrando los consejos, que en las cosas del amor, aunque tenga que aprender, nadie sabe más que yo..."

Mi transcurrir tiene alguna similitud, pero no ha sido totalmente así como lo indica la letra del tango: "Qué me van a hablar de amor", que Héctor Semproni en la música y Homero Expósito en la letra, compusieron hace ya tantos años.

De algún modo yo también he vivido dando tumbos como rústica carreta, y alguna experiencia me ha dejado salpicarme en los charcos del largo caminar, para que me quedara claro que una cosa son los picoteos diversos del picaflor, a posarse en el verdadero amor, en el ser que se encuentra sin buscarlo, en la novia con la que me casé un día como hoy hace cincuenta y cinco años..., para construir juntos nuestro destino...

Yo suelo no mirar mucho hacia atrás, por esas ansiedades que viven en mí que me sugieren siempre proyectarme hacia adelante, cuidando no pisar las baldosas flojas para no salpicarme y al tropezar, distraerme de los propósitos que me guían, constantemente hacia un desafío más...

Pero en mi naturaleza se instaló el acierto, al sentir en lo profundo de mi alma, haberme detenido en el ayer en una flor que nunca se marchitó, y me retuvo para que yo comenzara una vida nueva, con el amor que juntos hemos construido, que es un anticipo temporal, de la gloria eterna que nos espera...

Y desde mi sencillez, "la experiencia me ha ayudado por baquiano y porque ya", hace muchos años que he  llegado a comprender el verdadero sentido del amor, que nada tiene que ver con aquel ayer de juventud en el que aprendí a distinguir el verdadero aroma, único, irrepetible, que no se separa de mí y que hoy festejo porque los pétalos de esa flor son imprescindibles para mí..., Alma, que inspiras en cada amanecer, la permanente necesidad de necesitarte a mi lado...







lunes, 20 de marzo de 2017

CON LA MOCHILA DEL ALMA A CUESTAS...

Es lícito que al ser humano se le presenten dudas frente a incógnitas existenciales que no se resuelven fácilmente.

Algo similar ocurre ante planteos que se orientan a clarificar temas complejos relacionados con la fe, necesidad espiritual que no siempre se resuelve por procesos racionales, para los que se carecen a veces de las palabras adecuadas...

¡Qué más da si hay o no absoluta certeza sobre expresiones y acontecimientos que suelen comentarse respecto a las "apariciones" o a los dichos de "videntes", si lo que importa al fin, es que se han convertido en imanes para tantos semejantes que allí se nuclean para su reparación espiritual, para su conversión, para bregar por sus esperanzas, para lograr con la oración fortalecer su fe, y con ella no apartarse de los senderos de la bondad, la solidaridad, en definitiva del amor por los que se aproximan al destino de sus sueños!

¿Porqué siempre hay que responder y fundamentar las razones de la fe, cuando lo esencial es sentirla en lo profundo del alma, y vivir en total coherencia con lo que se pregona?

¿Qué más da, cuando el ser se aferra a la Verdad de creer sin ver...?

Lo que no es lícito es el falso pregón, ni la hipocresía de mentirse para luego mentir..., ignorando que de algún modo, siempre se termina rindiendo cuentas de nuestros actos...

Yo vengo de un muy largo pasado sin fe, sin fe cristiana al menos, por conceptos que se me inculcaron desde niño producto de inmensos sufrimientos (que más de una vez he comentado en mis ensayos, artículos o novelas), para llegar a un muy corto presente  con el resplandor de la fe, porque se produjo en mí un corte abrupto de mis bloqueos espirituales, para sentir en todo mi ser la Verdad, que ahora guía mi caminar.

Y eso me basta para sentir la elevación de mi sencilla existencia, al comprender que en aquel largo pasado, viví sin saberlo, en total armonía con lo que hoy siente mi corazón...

Y eso me basta para no caer en la incomprensible actitud de pedir manifestaciones, ni en la soberbia de que se me demuestre todo primero, ¡tan luego a mí...!, para luego creer.

¿Pero quién soy yo para tamaña exigencia, cuando he vivido convencido que no he llegado a ser nada más que un intento?

¿Cuántos seres han vivido negando a Dios con su decir (entre ellos mi padre que se aferró a las últimas palabras de mi madre repleta de fe al expresar, enferma, sus últimas palabras: "ya no hay Dios para mí..." y expiró cuando yo tenía veinte meses), pero viviendo sin apartarse del bien, el sacrificio, el desprendimiento, sin haber entrado a una iglesia pero ganándose el cielo con la legitimidad de conquistarlo, mucho más que otros que se han pasado la vida en las iglesias, pero que al salir de ellas poco o nada han hecho por el bien de sus semejantes.

En definitiva no son las palabras y menos cuando son huecas, son los testimonios, es la coherencia, son los frutos por los que te reconocerán, incluso, son las entregas sin esperar nada a cambio y nada más que porque sí, que van dejando sus huellas, hasta el calvario y el martirio...

¡Qué más da la mera retórica discursiva, si lo que vale de Verdad es la certeza de lo que se siente, aunque nos cueste explicarlo!

¡Qué más da, si con la mochila del alma a cuestas, subimos los repechos de la elevación paso a paso aproximándonos, al portal que nos abre hacia nuestro destino pleno de resplandores...!










sábado, 18 de marzo de 2017

"LEJANA TIERRA MÍA..."

Las circunstancias de la vida me han llevado por diferentes senderos, atravesar distancias, vivir un sin fin de historias que cargo en la mochila de mi alma, sin que me hayan doblegado nunca los avatares aunque dejen sus huellas en el disco duro de mi más íntimo relicario...

Nunca he sido prisionero de los olvidos, y ante el mero clic del recuerdo, se activan las memorias que con insistente reiteración, me comunican que habrán distancias físicas, lo que es innegable, pero nunca separación de la "lejana tierra mía", más allá de que no me preocupe el lugar ni el momento de mi último suspiro, dado que mi corazón no apunta precisamente a que sea: "bajo tu cielo, bajo tu cielo quiero morirme un día, con tu consuelo, con tu consuelo...", porque es un tema que nunca se ha instalado en mí, gracias a Dios...

Siempre he entendido que no hay distancias para los afectos, para la familia que ha quedado allá, para los amigos de verdad, y al "oír el canto de oro de sus campanas que siempre añoro", con mayor énfasis dentro de mí, resuena la certeza de que al apartarme de otros (muy pocos) por propia voluntad, que priorizaron el cálculo, el rumbo mezquino del "tener" frente al "sentir", el hablar imprudente y sin fundamento, el mediocre proceder, me han ayudado al resolver la duda de "no sé si al contemplarlos al volver, sabré reír o llorar..."

Tengo la certeza, la plena seguridad ya experimentada de que al doblar algunas páginas de mi pasado, con protagonistas de historias insensatas,  con almas más frías que el hielo de las que me aparté, he rescatado la Verdad que fue mentida, la amistad que fue fingida, y otras actitudes de las que no vale la pena ni siquiera del registro activo en el disco duro que no olvida, aunque yo haya hecho el esfuerzo de comprender y justificar..., para recobrar mi paz interior con el "silencio de mi aldea, que sólo quiebra la serenata, de un ardiente Romeo bajo una dulce luna de plata...", cuando "en un balcón florido se oye el murmullo de un juramento, que la brisa llevó con el rumor, de otras cuitas de amor..."

Yo estoy en paz, no hay espacios dentro de mí para el odio ni el rencor, "lejana tierra mía", de mis amores, cuando te nombro, en mis noches de insomnio con las pupilas llenas de asombro. Dime estrellita mía, que no son vanas mis esperanzas, bien sabes que un día he de volver..., a algún viejo, querer..."

Ahora, soy un turista más en la lejana tierra mía", por ir detrás del afecto más hondo de mi corazón (y lo haría una y mil veces más), para que se me multiplicaran luego los motivos por los que sigo luchando sin desmayos desde las trincheras del amor, por una forma de ser y de sentir las esperanzas que le otorgan verdadero sentido a esta maravilla de la vida..., sin las sombras engañosas que he dejado atrás, allá en la lejanía del otro lado del charco, aunque siempre de algún modo, se abone un alto precio por esas circunstancias que te hacen vivir lo imprevisto, más allá de que el palpitar del corazón te confirme la certeza del rumbo nuevo.

¡Cuántas veces le he dicho a la estrella titilante donde habita mi madre primera que acompaña mi caminar, que no sufra por mí, "que me he forjado para llegar a ser duro como el diamante, y que como él, no he de admitir huella alguna, mientras no sea polvo...", porque esa coraza frena las flechas lanzadas para que yo pueda continuar paso a paso aproximándome, soñando con detenerme solamente cuando me llegue el último suspiro...!






domingo, 12 de marzo de 2017

"LAS PENAS SABEN NADAR"

 Anoche asistí a una representación teatral del Teatro La Maleta, en la que se presentaba la obra de Abelardo Estorino: "Las penas saben nadar".

Nos convocaron dos amigos cubanos, ella Dhapné Porrata Pérez, actriz que actuaba, y él Justo Salas, que tuvo a su cargo la dirección.

La de Dhapné fue una espectacular demostración actoral, en un extenso monólogo para el que se entregó entera y generosamente, sorprendiéndonos gratamente con sus dotes histriónicos a partir de naturales atributos y un desgaste enorme, repleto de contrastes, de contenidos profundos y muy valiosos, en la que logró una notable simbiosis al interpretar el texto, prendidas en ella claras dosis de coraje, humor, denuncias, sutiles mensajes de la realidad circundante con referencias a colectivos vinculados al arte teatral, con suma sencillez, nada más que una silla, una mesa, un teléfono y muy poca cosa más, para que nosotros pudiéramos concentrarnos en ella, en la plenitud de sus recursos, y en la esperanzadora apertura imaginaria de una puerta, que atravesándola, pudiera darle nacimiento a una buena actriz..., solamente así, alcanzar Dhapné, así lo has reiterado, ser una gran actriz.

Pero tú, nos quedó muy claro, ya lo eres y con un nivel excepcional, sin necesidad de ninguna puerta que te permita lograr lo que ya habías alcanzado, seguramente, porque has pasado por muchas cosas, por muchas historias, para ser merecedora de nuestros interminables aplausos y el abrazo que a los dos les daremos en pocas horas, cuando volvamos a encontrarnos...

Mucho tuvo que ver Justo, sin duda, al prepararlo todo y dirigirlo, también con las sutilezas de las pausas, las sorpresas, los cambios de ritmo, las insinuaciones, sus simulaciones para magnificar diferentes sentimientos y estados de ánimo, los diferentes rumbos que fue tomando la actuación actoral mezclando penas y alegrías, los cambios en la luminosidad, el aporte de los fondos musicales, para resaltar todavía más, a Dhapné y la soltura manifiesta con la que nos emocionó y sorprendió, hasta hacernos creer que no era la persona que a diario vemos cuando vamos por los chicos al cole.

Gracias amigos, por tanta emoción y momentos tan gratos.




miércoles, 8 de marzo de 2017

OCULTOS EN LAS SOMBRAS...

Durante toda mi vida he procurado ubicarme en el andarivel esperanzador, pedaleando a más no poder por enaltecer el amor y las esperanzas.

Jamás me trepé al falso magisterio de darle consejos a nadie, y mucho menos todavía, de ofender el derecho a que cada quien tenga sus propias ideas, crea en lo que entienda como su verdad, eso sí, pero no de cualquier modo que es cuando se invaden los límites que no le pertenecen, o contagian las endemias que hay en sus entrañas a sus semejantes...

Defiendo lo que para mí es esencial, y es dar testimonios concretos de coherencia respecto a lo que se sostiene, con la forma de vivir y lo que se pregona.

Soy consciente de que a veces las palabras sobran, cuando hacemos con ellas una retórica inconducente, pero si desarrollamos con ellas alarmas para el despertar de los adormecidos, llamados de atención ante los caprichos insensatos, denuncias para que los desprevenidos no sean avasallados por los intentos miserables de quienes muy poco les importa la vida de sus semejantes, no estaremos demonizando en vano el mal proceder que explota, ofende, humilla, avasalla, engaña, manipula, mata, aniquila poco a poco con las drogas, o simplemente estalla con las guerras y el terror, para que los inocentes pongan los muertos en los conflictos a lo largo y ancho del mundo, y todavía se enriquezcan más, quienes medran en la reconstrucción de las ruinas que dejan los conflictos...

No es otra cosa que el intento de combatir tantos males con las armas sin esquirlas del amor, para defender que la vida sea más digna y además, poblada de esperanzas...

Si nos referimos tanto a los desvíos, a las mezquindades, a los conflictos insensatos, a las explotaciones que conspiran contra la dignidad de nuestros semejantes, a la cultura del mercado y del descarte de la sociedad moderna,  a los olvidos sin alma, a la prepotencia dictatorial, al poder y al tener, o nos rendimos a nuestros propios caprichos, es justamente para enaltecer la elevación del ser humano que solamente se conquista cuando se multiplica el reino del amor...

Es justamente, para actuar comprometidos e involucrados, sin indiferencias, sintiendo en el alma las penurias ajenas, que nos hemos propuesto un rumbo, un rol, el de no anteponernos, el de olvidarnos del "yo" para priorizar el "nosotros", el de no hermanarnos con propósitos mezquinos, el de no andar por la vida con una máquina de calcular beneficios como hacen los usureros amigos del despojo, el de no tener miedo y vivir con el coraje sin máscaras como las que usan los hipócritas, en definitiva, aferrarnos a un Credo que enaltece la dignidad del hombre por encima de todo otro intento, y ello es posible, si nos convertimos en misioneros del amor...

Es la observancia de la realidad, la que nos lleva a actuar de ese modo, utilizando las miserias de los miserables cuyos vómitos siempre huelen mal, y que hemos utilizado tomándonos la licencia de los recursos que nos ofrece la ficción, para darle forma a la nueva novela: "OCULTOS EN LAS SOMBRAS", cuyo lanzamiento está previsto para el próximo 19 de mayo, como un aporte más, tan solo eso, un grano más en la estiba, para que a partir de las sombras, rendirle culto al amor...








martes, 7 de marzo de 2017

EMPUJE DE MIS REBELDÍAS...

Me siento feliz y honrado al saber (interpretando las informaciones estadísticas de este blog), que en esta última semana alguien se haya detenido en mí, para leer una entrada que hice el 5/7/2009, en los albores que vieron el nacimiento de este registro cuando publiqué por ejemplo: "Abanico oferente para diálogos recíprocos..."

Yo no conozco a los seres que desde lugares tan remotos entran en este blog. En estos últimos días lo han hecho desde España, Francia, Estados Unidos, Irlanda, Argentina, Uruguay, Chile, Bangladés, Alemania, México, Portugal, Rumanía, Rusia, El Salvador, pero lo reitero, me produce alegría saberlo más allá que se registren o no como seguidores, o busquen otras formas de conectarse conmigo, justamente, para que se haga realidad el propósito inicial de alcanzar ese "abanico oferente para diálogos recíprocos..."

Eso significa que hay gente enterada al menos, de que mis intentos por bucear mar adentro y salvarnos del naufragio de las turbulencias que nos quieren engullir, han mantenido continuidad respondiendo a mis rebeldías, y que los puntos suspensivos que tanto utilizo como recurso expresivo, sin duda han sido utilizados por los lectores para darle vida a ese abanico oferente, que ha inspirado mis sueños al intentar este registro...

En la producción escrita que se me ha permitido con mis libros, los publicados y los que esperan su turno para emanciparse de mí, también están reflejados mis sueños en los diferentes estilos expresivos que tuve la osadía o el coraje de abordar, al no poder contener el empuje de mis rebeldías junto el atropello de mis ansiedades, que no me permiten desfallecer...

Y esta constatación estadística que hoy me inspira, es para mí una renovada dosis de vida que le da  verdadero sentido a mi existencia, redobla el afán con el que respondo a los diferentes llamados que me convocan, como deber ser, con sencilla disponibilidad, sin ostentaciones, y hasta pasando desapercibido..., aunque algunos sostengan que a mi edad ya no estoy para seguir ciertos ritmos, yo necesito introducir en mi caminar, algunos trotecitos porque me los sugiere mi juventud interior...

De ese modo gasto sandalias, me pongo y transpiro con mi mameluco oferente, me mantengo entrenado, pongo a prueba mis determinaciones hacia los roles que le he impuesto a mi vivir, para convertir en sencillos testimonios reales mis ideas, mis luchas sin temores repleto de esperanzas en pos de mi destino...




miércoles, 1 de marzo de 2017

AFERRADO A MIS ESPERANZAS...

Ayer salí a caminar por el campo, por esos senderos de la estepa cerealera con la que nos rodea una generosa naturaleza, que multiplica mis ganas, que redobla mis pasos hasta mezclar con prudencia algunos trotecitos que todavía con mi edad puedo encarar, gracias a Dios..., a los cuidados que me brindan y a una vida que siempre ha estado ligada a la acción (corporal y mental) para impedir toda declinación y la quietud que trae consigo el desfallecer...

Y como siempre la oración caminaba conmigo, en diálogo con el Señor.

Ayer mi madre si no se hubiera ido a otra dimensión con veinte años, hubiera cumplido cien años. Y como ha sido habitual en mí, hablé también con ella largo y tendido, como fueron los kilómetros que recorrí, que me dieron tiempo suficiente para comentarle aspectos de mi vida, mis angustias sin ella, mi segura determinación de aproximarme paso a paso a ese destino soñado del reencuentro ya sin tiempo...

Pero debo conquistarlo, dejando huellas por los senderos del amor, regando surcos donde seguiré sembrando semillas de salvación, atravesando desiertos en aras de mis propósitos, o atravesando fronteras por seguir a mis seres más queridos que tienen a mi corazón rebosante de motivos para atarme a la vida y con ella a la elevación...

Y casi al llegar al puente, hablé también con Vicente el amigo que conocí por esos senderos, para decirle que el almendro que él plantó y regó antes de partir, está vivo, florecido, y ya con una altura de más de dos metros, mudo testigo de un vínculo que no morirá con ningún olvido... 

Regresé en poco menos de dos horas, y por las rendijas de mi alma entraron ráfagas que oxigenaron mi ser, y reafirmaron mi determinación de seguir y seguir aferrado a mis esperanzas, convencido de que serán transformadas en la realidad que reclaman mis sueños...