jueves, 25 de abril de 2019

EL TALLER DE MI ALMA

22/1/1975, ese día, en el jardín de una casa alquilada en el Balneario Atlántida de la costa atlántica uruguaya, inauguré "el taller de mi alma", poniendo en una humilde mesita de madera un montón de hojas blancas y un bolígrafo, bajo la sombra de un frondoso árbol donde me refugié del fuego veraniego..

Han pasado ya más de cuarenta y cuatro años, que le permití el vuelo sin fronteras a la pasión de escribir, de expresarme en forma incontenible de ese modo, semejante a la irrupción de una cascada impetuosa que derribó los muros que contenían.por la presión acumulada en la aparente calma del lago de mi alma, y que yo postergaba sin saber con certeza, por qué...

Y mis primeras palabras allí en esa hojas, fueron: "Después de transitar largo trecho por el sendero de la vida, renace en mí esta pasión contenida de expresarme así, sin saber con certeza por qué...", que expresaron en mi primer libro escrito el ensayo "Memorias y sueños", la respuesta a la pregunta de: "¿por qué escribo?"

En efecto, escribo al sentirme interpelado por una realidad que rechazo, como una forma de subirme al "ring" de la vida, a pelear contra todo y todos los que pretenden vapulear la dignidad del hombre...

Y si todavía a pesar de los años, no han logrado voltearme, porque hasta hoy me mantengo sin reclamar la toalla humillante de darme por vencido, es por haber optado por una actitud que me ha multiplicado los motivos para luchar, transpirando la vida, para sentir que la camiseta por ello, se me mantiene por ello, pegaba a la piel y al alma...

Por eso, nada más que por eso, porque mis rebeldías con el permiso de la Providencia, me han permitido reflexionar, denunciar, no silenciarme nunca, y cantarle un canto al Amor dándome por entero sin reservarme nada, sin ningún cálculo de conveniencia previo, que no sea el ofrecerme porque sí a los míos y a mis semejantes, pagando el duro precio que exige la superación, en la sencilla virtud del vivir cotidiano, que es cuando el ser no va detrás de recompensas, conservando el propósito de ser útil, cumpliendo con la consigna de no apartarse nunca, por ningún motivo, para no decaer en el abismo de la declinación moral de dejarse comprar por treinta miserables monedas, entregando su dignidad...

Yo no defraudaré a los seres queridos, a los que me precedieron ni a los que han venido después que son los destinatarios principales de mis desvelos, ni dejaré de sentir el dolor de mis semejantes que no permitiré que sea ajeno para mí, pero tampoco me defraudaré a mí torciendo el rumbo de mis propósitos, porque sería para mí no continuar paso a paso aproximándome al destino de mis sueños, soñados en mis noches sin sueño...

Y allí se me encontrará, en "el taller de mi alma", allí estaré vivo o cuando ya no esté, para seguir estando en la vida y dialogar a través de mis registros escritos, con quien se detenga en mí...




viernes, 19 de abril de 2019

NO HE DE ENFRENTARME A UN IMPERIO INVENCIBLE...

He luchado incesantemente contra los imperios dominantes, que perturban la vida del hombre y enferman al planeta que nos cobija, envenenándolo..., con tal de continuar aferrados al cálculo siniestro de sus intereses mezquinos.

El verdadero sentido con el que pretendo vivir la dignidad de la existencia, me ha conducido a un imperio al que nunca me enfrentaré que es: el imperio del Amor...

Nada ni nadie podrá apartarme de Él.

He llegado tarde, lo sé, pero he llegado a vencer mis trabas interiores, las que me han confundido desde la niñez con trabas, sorderas y cegueras, para que yo me aferrara a las ideas que me habían inculcado, en cuanto a no oír el llamado que me hacían, y a no percibir la Verdad que los hielos interiores me ocultaban...

Ha sido el resultado de una larga historia, de luchas ante ideas contrapuestas, entre haber vivido en común unión con esa Verdad que me invadió después, y las circunstancias que influyeron en mí por el sufrimiento ante golpazos que recibió mi padre, un grande en la grandeza del Amor, por sus testimonios de vida, pero que sus labios negaban sumido en el dolor que lo confundió, para que sus palabras (nunca su conducta), repercutieran en mí...

Una larga historia con una cosecha formativa a la que se me permitió acceder, para que mis alas pudieran elevarme, y desde las perspectivas que ofrecen las alturas, poder visualizar otra escena, otro paisaje, otro resplandor esperanzador...

Y con el paso de los años, poder afirmar convencido, que el abrazo apretado que mantengo con la Verdad del Amor y la Fe que ahora proclamo, no ha necesitado otra razón que la de sentirlo como un axioma del alma.

Por ello jamás he de requerir manifestaciones ni explicación de naturaleza alguna, porque me basta sentir y aferrarme a lo que siento...

El alguna oportunidad en alguno de mis libros, he sostenido: "nunca llegará el momento de mi último intento, ni de mi última página, si es que de mí depende..."

Prefiero en cualquier caso, que puedan ser mis penúltimos propósitos, dado que mientras viva si es que no me reclama ese último suspiro, me sentiré motivado para ir detrás de una iniciativa nueva, para dar lo que no he dado todavía, para ofrecer lo que no he comprendido ni perdonado, para entregar mi ser sin reservarme nada, para sentir el dolor de mis semejantes que nunca será ajeno para mí, en fin..., en pos de un obrar resuelto en pos de un desafío renovador más...

Yo no he de calificar mis intentos a lo largo de mi existencia, no me corresponde y además, no me siento cómodo al hablar de mí, ni de los testimonios míos...

Sí diré que vivo dando gracias por cuanto se me ha permitido ser y hacer.

Jamás iré detrás de una recompensa, no las necesito, como de igual modo no ofrezco mi obrar para canjearlo por aplausos o reconocimientos que si llegan los recibiré con mi corazón, pero no son el norte de mis propósitos.

Si algo me he esmerado ha sido, es y será, es ser útil, hacer el bien, subir al ring de la vida a "pelear" contra las injusticias, sin silenciarme cuando he tenido y sentido la necesidad de denunciar todo cuanto atente contra la libertad y la dignidad..., manteniendo la consigna de pasar desapercibido, de encararlo todo sin herir mi humilde sencillez, que nunca buscará que resuenen los ecos de la ostentación por una figuración que tampoco preciso, y no está en mi naturaleza generar...

Sí necesito en cada amanecer, que una trompeta me despierte con un eco restaurador de su diana, anunciadora de un desafío nuevo, para el que procuraré mantenerme entrenado responsablemente.

Para no defraudarme, y luego defraudar...

Para no mentirme, y luego mentir...

Para no caer en ninguna trampa humillante, para luego humillar...

Porque se lo he pedido a Dios, aunque haya sido tardíamente, que me fortalezca, que me de fuerzas fortaleciendo mi fe para darle verdadero sentido con "momentos" de felicidad a mi existencia al realizarme, al comprender que ÉL me regaló la vida para gozarlo todo...

Y tan generoso ha sido, que a todos nos regaló además, un inmenso potencial, que lamentablemente, no todos aprovechamos como es debido...






















 o me ofrezcan reconocimientos

jueves, 18 de abril de 2019

NUNCA PERDER AUTOESTIMA...

Cuando alguien permite que en su ser penetren las sombras de la claudicación, es porque no se tiene conciencia de que se está rindiendo sin luchar, ante el virus del desconsuelo.

Ese es el modo de ingresar en el lamentable estado del alma, de perder autoestima...

Dejamos de querernos, nos invaden sentimientos negativos, nos domina el abandono, y se acrecienta en nosotros un lento pero continuo proceso destructivo interior y exterior también, porque ya ni en los espejos deseamos mirarnos...

Con facilidad bajan la guardia, aquellos que todo lo ven bajo el prisma deformador, descalificador y desconfiado, de que nada bueno es posible esperar...

Para quienes siempre hemos proclamado "nunca perder autoestima", sentimos esas situaciones con hondo dolor, al no poder comprender que la maravilla de la vida se desaproveche de ese modo, permitiendo que en sus universos interiores predomine, el no, el nunca, el imposible, el para qué luchar tanto, de qué sirve orar constantemente, o lo que para el creyente, llegar a la tragedia del "ya no hay Dios para mí", como le ocurrió a mi madre con ese último decir, antes de morir, agobiada, ahogada de dolor su alma cristiana..., cuando yo tenía apenas veinte meses de vida...

He meditado sobre situaciones extremas, y puedo llegar a comprender que el dolor, el sufrimiento, el padecimiento constante incluso desde el mismo nacimiento, puedan llevar a una persona a tales límites.

Pero en general, las contrariedades, los obstáculos del cotidiano vivir que a todos de alguna manera nos llegan, no nos pueden llevar a tal confusión en el grado de que gota a gota, se nos va vaciando el bidón que contiene nuestras esperanzas, que comúnmente, es lo último que se pierde...

El aire que respiramos se nos enrarece, y no sólo por el smog que nos envuelve, sino por nuestros propios fluidos enfermizos que nos van minando poco a poco la existencia, para que se pierda el verdadero sentido que debería tener en los seres humanos, la maravilla de la vida que a todos nos han regalado...

Y tantas veces, no nos damos cuenta del grado de tristeza que causamos a quienes hacen la vida junto a nosotros, los seres que más nos quieren...

En definitiva, situaciones que se pueden superar iluminándonos por dentro, desterrando las sombras que nos han acobardado, replanteándonos la vida, y así desprendernos de esos abrojos malignos que se nos han adherido, sacudiéndonos con determinación, para no quedar como las hojas secas, sin control, de aquí para allá, a la deriva, según los caprichos del viento..., dado que lo más importante es reaccionar, recomponiendo el andar si estamos caídos, porque nunca será tarde para levantarnos al recuperar el aliento que nos permita el retorno de las esperanzas...