martes, 26 de agosto de 2014

No necesito aplausos ni condecoraciones...

Jamás he tenido la intención de intentar algo buscando aplausos, condecoraciones, ni beneficio alguno que ya de por sí es una trampa que suele utilizarse cuando se recorren senderos equivocados.
El reconocimiento que más valoro y necesito es el mío, el que deja tranquila y en paz mi conciencia donde reina la sencilla humildad, porque es el que se ajusta a mi naturaleza y a los valores a los que me aferro.
Eso no quiere decir que sea indiferente a algún halago, como tampoco le permitiré a la vanidad que deje su huellas negativas en mí.
Por eso nunca tuve necesidad de "pasarle la mano" a nadie en entrega melosa, o adulando a alguien con mediocridad, y por el contrario he rechazado siempre a los que buscan acomodos, o fingen hipocresías para "quedar bien", sin darse cuenta que los engañados son ellos al quitarles legitimidad a sus conductas que al fin son endebles y carecen de sustentos.
Aprendí a distinguirlos desde temprana edad y también a esquivarlos cuando fue necesario, a enfrentarlos frontalmente en determinadas circunstancias, para que no prosperaran sus trampas engañosas desparramando sus miserias al menos conmigo y los más míos...
Se trata de andar por la vida sin dobleces, actuando de buena fe  la que a veces nos traiciona por demasiado confiados.
Pero el vivir y el convivir nos enseña, nos ratifica el andar por los verdaderos senderos, como también, que nunca es tarde para recomponer actitudes que nos permitan acceder a atajos que nos conduzcan a la elevación y así, poder otear en horizontes nuevos, tomando distancia de aquellos nubarrones donde se esconden las falsedades.
Allá aquellos que se sienten más cómodos arrimándose a los jolgorios deslumbrantes y terminan cayendo en las telarañas donde al fin quedan irremediablemente envueltos para ser devorados por las circunstancias, después...
Yo prefiero no sentirme envuelto en tejidos viscosos esperando para que me devore la araña del engaño, que paciente espera a sus candidatos.
Pero siempre se les descubre, y al fin quedan expuestos.
La verdad siempre se abre paso, para poner en evidencia la mentira de sus actitudes, por la figuración que los termina asfixiando, por los aplausos que tanto necesitan, por las condecoraciones que buscan exhibir como si fueran auténticos trofeos, sin detenerse en el alto precio que terminan abonando por sus mediocres indignidades, cuando no, miserables posturas.
Este aporte no tiene nada de ficción. Podría ponerle nombres y apellidos de la realidad, pero no valen la pena, es mejor dejarlo así, apostando que en algún caso la propia conciencia los sitúe en el camino de la reparación, porque en otros no lo creo, dado que han vivido la vida en medio de ese cambalache de mentiras que han gobernado su existencia...
Este aporte y en este día principalmente en el que se cumplen diecinueve años de tu partida, es un aporte también para ti padre querido, con la seguridad de que siempre continuaré buscándote por las inmensidades del cielo, intentando merecerme el privilegio de encontrarte... 

sábado, 23 de agosto de 2014

El horror sigue presente...

Hoy siento que mi ser se sacude por dentro una vez más, y me convoca a redoblar la lucha
de la que jamás me excluiré.
Las indignidades de ayer siguen en el presente aunque sea de modos diferentes y más sofisticados, y ante tan alarmante constatación ofrezco  la vigencia a mi entender, de la novela que hace unos años concebí titulada: "Vers l´espoir..." ("Hacia la esperanza...)" que en los próximos meses saldrá a la luz y de la cual expongo algunos pantallazos, con los riesgos consiguientes que en el libro procuro discernir.

No obstante los comparto. Solamente cumplo con un mandato interior que me indica: "hazlo, no te detengas...", que convive conmigo en común unión y que me impide silenciarme ante tanta barbarie...


Allí expresé en algunos lugares de la novela:



"Sin ponerle techos al alma, amanezco una vez más, a partir de un sueño que me permita poner en evidencia mis sueños..."


"Hay muchos semejantes encerrados en su propia esclavitud, entre las rejas de sus falsas idolatrías, enajenados por los falsos espejismos, pero también hay otros que son prisioneros del "poder", "del desenfreno", de la "impunidad más culpable" y del "tener",  y en general, deslumbrados por las frivolidades y maldades que les enferma el alma, indiferentes hacia aquellos que sufren las afrentas de las desesperanzas, que en definitiva son por quienes debemos mantener encendidas las antorchas para que no claudiquen en los oscuros abismos de la declinación..."


"Le dan la espalda a un más allá más diáfano, donde no tienen lugar ni razón de ser los odios, ni los rencores, ni las salvajadas del hombre sobre sus semejantes, a tal punto de que llegan a ser innecesarias las esperanzas..."


"La crisis no es financiera solamente- se expresaba a sí mismo Esteban-, por ello necesitamos encauzarnos y reconstruirnos desde las ruinas si es preciso, pero ir resueltos y transformados detrás del hombre nuevo que necesita este mundo, e ir hacia la esperanza..., sin negarnos ciegamente la otra dimensión."


"En su juventud no había derechos (para la gente de piel negra) porque eran apaleados y humillados por la prepotencia y la soberbia de matones al servicio de explotadores poderosos que pagándoles miserables salarios, se enriquecían amparándose en una impunidad que los protegía, pero que no les duraría por siempre..."


"Mi abuelo le inculcó a mi padre (decía el protagonista) que nunca se dejaría humillar, que el color de la piel no era una marca ni un estigma descalificador, como tampoco eran razones válidas que los hijos pagaran por las culpas de sus padres, ni que fueran condenados por la sociedad por ser hijos de quienes eran, así lo fuesen de culpables..."





A todo eso ya de por sí un verdadero drama, se mantienen hoy, guerras incomprensibles,  intolerancias, armamentos en acción, secuestros, los más crueles asesinatos por parte de extremistas, y el horror de la destrucción en tantas partes del mundo que no parecen tener fin en este presente convulsionado por odios y rencores en el que tantos inocentes pagan con sus vidas y la ruina de sus vidas, tanta salvaje indignidad.
El horror sigue presente, y no será solamente con bombardeos, salvajadas y "lavándonos las manos" cobardemente que le  haremos frente a tanta perversidad. Será necesaria en forma subyacente a la prudencia, a las negociaciones, a los nobles propósitos, la sensatez del faro superior que le ilumine el alma  a los seres en conflictos, para que no nos avergüence más esta calamidad inhumana de matarnos entre hermanos y se afiance la tolerancia que nos permita acceder a horizontes nuevos, dado que nos se nos ha dado la maravilla de la vida para vivir tan insultantes miserias...






jueves, 14 de agosto de 2014

No me atraen las vidrieras...

A mí me preocupan otras cosas, no me atraen las vidrieras, me convocan sí y en toda circunstancia las personas y sus actitudes, sus conductas.

He procurado ser un activo protagonista en la compleja tarea del vivir, y de ella he aprendido algunas cosas, sin dejar de ser consciente de que todavía debo seguir como si fuera una esponja, absorbiendo el saber que hay en la honda diversidad...

No puedo evadirme con la mera contemplación, me resulta imprescindible el oxígeno de la acción que me lleva a multiplicar mis entregas cotidianas, haciéndole frente frontalmente a la invasión que el largo vivir nos somete a todos con sus "metástasis" de desgaste, de envejecimiento, con el irrenunciable intento de evitar que se anquilose mi universo material dejando en lo posible que lo irreversible no deje huellas ni heridas en el alma...

A eso le llamo yo envejecer por fuera, manteniéndome joven por dentro, saliendo airoso del combate en el que a diario me pongo a prueba en el ring de la vida.

Pero si algún día salgo perdedor en esa contienda, pido a Dios que mi mente sepa procesarlo, y siga activa hasta el último suspiro, señal de que ningún golpe me deje noqueado y sin la más mínima dignidad de vida que es cuando el ser ya no puede "dar" absolutamente nada más...

No quiero vivir en circunstancias de convertirme en una carga, y mucho menos para que tengan lástima de mí...

Me aparté de la idea inicial de esta entrega, pero no me fui del todo de mi propósito. Solamente le aflojé al hilo mientras remontaba como un niño mi cometa hacia el cielo, cuando sentí que una voz desde mis entrañas me indicaba: "aflojale que colea", antes de que se me venga abajo y se estrelle contra el suelo y despierte de mis sueños...

Compartía la idea de que a mí me preocupan otras cosas, no me atraen los escaparates ni la manipulación globalizada que tanto nos confunde.

A mí me preocupan las personas, sus actitudes y sus conductas. Hay seres que viven "actuando" como si la vida fuera una función teatral, es decir, "cuando los ven", "cuando para ellos se levanta el telón", "cuando se mienten, para luego mentir..."

Pregonan falsedades creyendo que los demás somos tontos y fáciles de convencer. Van por la vida exhibiendo su hipocresía con frases hechas, pronunciando sentencias, juzgando conductas de otros, haciendo todo lo contrario a lo que falsamente pregonan "de la boca para afuera" como si no supiéramos que la falsedad anida en el corazón de los seres.

No les sale del alma la sencilla virtud de "servir de verdad" que es cuando se entrega el ser sin engaños, sin cálculos, sin reservarse nada, sin esperar nada a cambio, sin trueques mezquinos..., solamente llevando adelante su más íntima exigencia, procurando pasar desapercibidos, respondiendo a mandatos que no admiten posturas miserables.

Tengamos presente que a nuestro lado caminan verdaderos demonios disfrazados, y en las tragedias que arrastran "actuación mediante", nosotros tenemos que descubrirlos por más que intenten disimular. Al final se les descubre,  porque no pueden engañar a todos todo el tiempo.

Siempre la verdad se abrirá paso, siempre habrá alguien que al transpirar la existencia dignamente, descubre lo que está detrás de las máscaras con las mentiras que fingen por la hipocresía que los cautiva y tantas veces, la maldad que los guía y además los ciega...

El maquillaje es efímero, se termina cayendo por su falta de consistencia al menor sacudón de la verdad,para que quede expuesto el rostro insensible del desamor...

Nos montan vidrieras "luminosas" para atraernos, pero yo prefiero capitalizar lo que me ha enseñado la vida: "no me atraen los escaparates..., no me convocan las falsedades", por haber aprendido a orientarme en medio de los más intrincados laberintos y también, porque no han podido detenerme los más empinados repechos que desde purrete desafié esquivando trampas, al saber que desde la sencilla humildad se puede, se puede desde el llano, desde el dolor y el sacrificio, es posible lograrlo, dando reales testimonios de esos superiores mandatos del alma que nos indican los caminos luminosos, dejando a un lado las oscuridades donde  medran y se esconden los demonios...









 sos Solamente

lunes, 4 de agosto de 2014

Siento, pienso, y el dolor hace explotar mis rebeldías...

Yo sufro y siento el dolor de mis semejantes como si fueran propios. Ellos se anteponen a los míos, que también los tengo.
Siento el hambre de los hambrientos, siento la sed de justicia, siento la angustia de los postergados.
Hoy un amigo me ha propuesto un tema de reflexión: "Sed de justicia, conformismo, impotencia, escepticismo..." a partir de un artículo realizado por un sacerdote sobre una parte de la doctrina cristiana.
Y no pude contenerme para expresar una respuesta más elaborada, porque desde mis entrañas siento, pienso, y el dolor hace explotar mis rebeldías...
Y procuro comprometerme con el vuelo de mis pobres alas y los limitados modos a mi alcance, para luchar contra tanta indolencia, tantas indiferencias, tanta maldad, y contra la impiedad de los olvidos...
Siento las mentiras de la manipulación globalizada empeñada en no dejarnos pensar.
Siento horror cuando las moscas se deleitan en los labios, ojos y narices de los rostros enflaquecidos de niños cadavéricos subsistiendo en medio del abandono, y me da vergüenza.
Siento en el alma la desgarrante flagilidad de los esqueletos vivientes envueltos en piel seca ya casi sin vida.
Siento un inmenso dolor por las niñas flageladas por conceptos tribales y destinos puesto que les privan sus naturales inocencias.
Siento el tormento de los que se nutren revolviendo miserias.
Siento que mis rebeldías denuncian y acusan a los grandes señores poderosos que están allí, aunque no los veamos, digitando nuestras vidas, el padecer de tantos, mientras ellos están escondidos en sus tronos intocables gozando del manejo tramposo de su poder dinerario, siempre indiferentes de las heridas que van abriendo a lo largo y ancho del mundo, que no cicatrizan y por las que se les va la vida a quienes esclavizan. 
Y ante esas escenas tan crueles, no me permito prescindencias y en forma permanente sacudo mi ser, para impedirle que ningún abrojo de indiferencia se me prenda en algún rincón del alma y pueda desprenderlo para poder pisotearlo y triturarlo como se deben tratar las miserias y así apartar de mí toda indolencia, toda impotencia,  todo atisbo de escepticismo, agujeros por donde se diluyen las esperanzas  y la dignidad a las que todos tienen más que legítimos derechos...
Es un tema inacabable que nace de este mundo que hemos hecho, mal encarado, y muy bien explotado por los espíritus endemoniados y mezquinos que andan por todos lados aunque no percibamos las trampas que nos van montando por las selvas de la vida, que yo prefiero esquivar para transitar por los senderos del amor...