-¿Y de los extremos de los fundamentalismos del odio y el terror qué me dice? ¿Cuántos inocentes mueren hechos trizas por mentes enfermas que creen con sus estallidos dar el paso definitivo hacia la gloria?
Los dictadores del odio y la revancha los reclutan, los entrenan, los enajenan y después..., después solamente hay que esperar el momento y el lugar precisos para activar sus cinturones o sus cargas mortales.
Y no me quiero quedar con una reflexión injusta, Javier, porque jamás justificaré tales desvaríos, pero para mí el horror del terror es una respuesta a otros terrores previos, a otros avasallamientos y agresiones de quienes envilecidos de soberbia pero sobretodo de poder, se erigen en los protectores de la paz del mundo y no confiesan los verdaderos motivos ni los oscuros intereses que realmente los guían...
-Nos engañan con salvaje manipulación y nos subestiman descaradamente. Nos ocultan los pactos que hay detrás porque si no hay guerras, si no estallan las bombas, si no nos sobrevuelan los aviones cargados de muerte, se paralizaría unos de los enriquecimientos más viles, el que se nutre de muerte, el armamentismo más despiadado, por el que tantos mercaderes andan por el mundo, aunque se vistan de blanco...
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