Porque tanto los países como su gente, van cambiando, se van transformando, en algún caso ajustándose (controles tributarios, policiales, aduaneros, financieros, secreto bancario) para que la danza incontralada de los dineros negros no siga bailando impunemente, aunque bien se sabe lo difícil y hasta imposible que resulta abordar con éxito semejante propósito.
Como otros tantos en los que el poder de los mafiosos y sus mercaderes, diseminado aquí y allá circula con la impiedad del narcotráfico por los mercados financieros y de consumo, sembrando muerte y decadencia en tantas vidas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario