Siempre hay un miserable después para los miserables.
En un rincón desolado, en un cruce de caminos solitario, por un sendero sinuoso, en una atalaya perdida en la inmensidad de la sierra, puede aparecer algo o alguien inesperado que dé razón de ser a eso tan cruel, de que "siempre hay una miserable después, para los miserables...
Como a la inversa podría ocurrir que a alguien, una circunstancia, una presencia, una revelación, un hallazgo, puede cambiar el rumbo de su vida y desatar energías nuevas a su alrededor...
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