Ojalá que así sea, porque la Iglesia tiene que renovarse. Tendría que ser más austera, como lo fue ÉL, considerar de otro modo el manido tema del celibato, ajustar sus ritos a los nuevos tiempos para que sean más convocantes, explicar situaciones que se han silenciado como su vinculación con negociados, lo relativo al Banco Ambrosiano, su intromisión con gobiernos, y ni qué hablar de su comportamiento en España, antes, durante y después del dictador que la usó y la involucró a su antojo, hasta el ultraje de entrar y salir de ella bajo palio. ¡Tan tremendo fue su descaro!
Además no deben ser todos los que habrá que ajustar y aclarar. Habrá que analizar no sólo los doctrinales sino también, los litúrgicos, ante esta descontrolada crisis de fe de la gente en Europa y en el mundo entero, a raíz del materialismo salvaje reinante. Ahora la gente se va hacia cualquier culto a rendir pleitesía a dioses falsos, creyendo que alzan gritos de libertad se rinden ante el libertinaje.
Y esto de la fe es aprovechado por los oportunistas que saben ver "tantos conflictos en las almas...", que les arman el tinglado del negocio a los incautos haciéndoles creer que son nuevos cabos salvadores del naufragio a los que se prenden, cuando en realidad son verdaderas falacias del despojo material y espiritual...
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