sábado, 11 de julio de 2009

La verdad que le regaló la vida...

De: "Un insoportable desatino..."

Era muy exigente consigo, diferenciador, diacrítico como el tilde de algunos monosílabos que establecen funciones, roles para él, compromisos para él, sencillo misionero de propósitos humildes, que son los que le forman pasarela a la grandeza y que en general, pasan desapercibidos como debe ser, para los seres que han roto definitivamente con la soberbia y la figuración.
Son aquellos que riegan con gotas de transpiración la existencia, como centinelas del amor, prestos para actuar sin otra recompensa que la que emane de los actos de amor y de la verdad que le regaló la vida.

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