De: "Mercaderes en el templo..."
Desde la clandestinidad que es como un exilio en la propia tierra y como podían hacerlo no sólo los políticos, sino el pueblo entero. Toda la población luchó con valentía, no se doblegó, y no permitó que el miedo la bloqueara.
Todos se retroalimentaban en coraje y esperanzas porque un pueblo con grandeza desde su historia, ¡carajo!, que sentía el mandato de no dejarse atropellar..., y que lo sepan todos y de todos lados, que el grito de "libertad o con gloria morir" no fue nunca una tontería, ni un verso retórico vacío, ni un inútil estallido, sino el signo más elocuente de la fibra que Artigas nos dejó en la sangre victoriosa para mejor honrar a la patria sin aceptar derrotas...
Pueblo que desde sus entrañas siente el rugir de la lava hirviente que lo subyace, sabe bien cuál es su destino, y pobres de los que intenten detenerlo y amordazarlo.
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