Soy, aunque no me lo haya propuesto, protagonista sin eufemismos de la realidad que subyace en la ficción, aunque ésta sea la mínima contribución del autor. Un personaje más de la novela humana que procura matizar lo aprendido en las aulas de la vida...
El reciente descalabro financiero internacional vino a precipitar y a hacer más notorios los problemas neurálgicos y estructurales de las economías locales, y a dar pie a movimientos políticos tampoco inesperados por los menos para mí.
No ha sido ningún ictus de la realidad, sino el resultado de una crisis moral, económica, financiera y conductiva de un mundo equivocado, mal planteado, desarrollado en el caldo materialista de la indiferencia...
Nada fue "un acto morboso que se precipitó de modo súbito y violento como producto de un golpe", fue la insensatez, la insensibilidad, y la falta de coraje para replantearse un mundo diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario