-Como lo hemos hablado más de una vez, Adriano, soñar sí, pero con los pies en la tierra y la realidad bajo el brazo, en ella y con ella, para inyectar en lo posible nuestros sueños.
A ti un día te paralizó el murmullo de un arroyo que bajaba por el pedregal y en lugar de pintarlo optaste por escribir que también es un dibujo del alma...
Ese paisaje marino que un día pinté, es un capítulo de mi "novela" pictórica. Yo también lo intento, y soy muy feliz al hacerlo. Comparto lo que me has dicho, en cuanto a que "lo demás..., lo demás vendrá después", puesto que cuando hice mis trazos en el esbozo y luego en la tarea de definirlo, lo puse todo de mí, sentí mi felicidad mientras lo intentaba, de pronto, mucho más que cuando lo logré.
-¡Qué bueno, amigo, que no me has dejado solo al novelar, pintando!
-Allí, sujeto a mi humilde condición, yo también estuve creando vida y desarrollando una trama, claro, sin oscuras intrigas...
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