-Ni yo lo sé, Joao, porque vivo como trabaja un investigador en medio de múltiples tubos de ensayo con la esperanza de que un día mi mente, mi corazón y mis manos combinen de tal modo las cosas para que una reacción, una explosión, un acto involuntario, me indiquen que puedo hacer algo útil para combatir las metástasis del mal, para que a alguien le sirva ingresar en un acto serio de reflexión, o recobrar una esperanza aunque tenga que valerme de algún protagonista que ya no está porque la ficción se tomó la licencia de devolverle la vida..., y mi corazón lo mantiene vivo por amor, brindándole un suspiro para que no esté tan solo...
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