-Hay veces que me ocurre algo que me molesta. ¿Cómo decirlo? Estoy en un momento dado como espiritualmente limpio, y de pronto me sacude la realidad con sus agresiones, con sus violencias y sus odios incomprensibles y todo se transforma y siento con dolor, lamentablemente, y de seguro porque no he crecido lo suficiente, que proceso esos golpes con respuestas que no son tan santas, que están empapadas de broncas que tengo adentro y que me cuesta mucho separar de mí.
Siento bronca cuando pienso de qué modo aislaron a mi madre muerta cuando estaba enferma, cuando pienso cómo puede reaccionar un padre al que le violan a su hija, cuando recuerdo cómo pretendió un día un oficial del ejército llevarse por delante a aquel peluquero civil del cuartel cuando estaban en maniobras, y él, que era mi padre, que no se dejaba arrinconar por nadie para defender su dignidad, tomó un revólver y lo pararon, menos mal que lo pararon..., ¡viejito querido!, porque habían colmado tu paciencia. No pudo aguantar la ofensa y reaccionó para que el infame de uniforme se diera cuenta de que con él no podía soltar sin control su soberbia.
Siento bronca contra los que intentan blanquear las guerras. Negras han sido y lo serán por siemre, como lo son las almas que provocan esas barbaries sin piedad...
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