miércoles, 5 de octubre de 2016

RECURSOS TRAMPOSOS QUE AL FINAL SE DERRUMBAN...

Una de las más significativas miserias del hombre, de la que tantos hacen gala, es saber decir lo que otros quieren oír, en franca actitud hipócrita que disfraza u oculta la verdad de las circunstancias que refieren...
 
Es un "recurso" insano, malintencionado, calculado, con el que se subestima a quienes somos más, al despreciar que no es posible engañar a todos, todo el tiempo.
 
Siempre habrá alguien que los ponga en vereda al poner en descubierto la falacia que pregonan, al ejercer el legítimo derecho de defender la dignidad que solamente se alcanza con libertad...
 
Quienes utilizan discursos tramposos porque les da igual fingir para mentir, traicionar con tal de trepar, encumbrarse sin legítima conquista, o con cobardía conceptual aspirar a una dignidad que les queda demasiado grande, terminan por caerse del pedestal que se les derrumba al carecer de adecuado sustento.
 
Y eso es así en cualquier disciplina, pero mucho más, en el sagrado espacio político de defender el interés colectivo muy por encima del propio, que debería responder a un verdadero apostolado de entrega total, sacrificio, vocación irrenunciable, y absoluto desprendimiento del "yo" para enaltecer el "nosotros" por encima de todo.
 
 
 
 


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