miércoles, 1 de junio de 2016

EFLUVIOS QUE INUNDAN LAS ALMAS...

Solamente pensar que a través de este blog toman contacto conmigo, cantidad de personas desde tierras tan lejanas e impensables para mí, me produce honda satisfacción, al intuir que de algún modo se identifican con mis propósitos, en un cotidiano vivir comprometido...
 
Y digo que lo intuyo, porque si bien me llegan comentarios en el mismo blog o por correo electrónico, no recibo los mismos en la misma proporción de la cantidad de gente que me honra abriendo mis entradas en este medio, desde la distancia y desde la diversidad cultural  como me lo indica la información estadística. 

Vuelvo a compartirles mi grata sorpresa, mi agradecimiento a tanta gente que no conozco y que provocan una íntima valoración de ratificación,  por una tarea que no cesará, porque el cumplimiento de defender la dignidad del hombre, es un rol irrenunciable e inacabable...

Otro tanto ocurre con mis libros (con los publicados y también con los que esperan su momento y su turno), con los que en diversos estilos, he venido volcando contenidos a ritmo de cascada imparable desde hace tantos años...

Sí, es un fluir constante y vertiginoso que no puedo detener, que sólo aparentemente está en la serena placidez del lago interior de mi alma, al que debo abrirle las compuertas para que irrumpa el registro escrito, justamente, para que la presión no derrumbe los muros de contención...

Gracias porque se me permite hacerlo, por mantener mi vida siempre en pos de nuevos intentos, detrás de resplandores en horizontes nuevos, y gracias también, a todos aquellos que se detienen en mí y en mis aportes, comentándolos o en silencio ..., que muchas veces son los que expresan más que las propias palabras...

Silencios dignos..., ecos silentes desde diversas lejanías, pero expresados con el lenguaje universal del amor, que no sabe de muros, que no entiende de fronteras, y que con sus efluvios inunda las almas, y jamás provoca naufragios...





 


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