Por haber caminado tanto, no estoy fatigado, estoy de vuelta para muchas cosas, y me impacientan las tonterías y los caprichos insensatos...
La coraza con la que me defiendo en la lucha incesante del cotidiano vivir, está revestida con la dureza de la Verdad que nos subyace a todos, y no con la endeblez que tantos exhiben con sus hipocresías.
Por eso es que, siempre, se les termina cayendo el falso disfraz con el que se mienten un proceder repleto de mediocridades y fracasos que ya no pueden ni podrán justificar..., justamente, porque hemos aprendido a verlos venir desde lejos, por haber caminado tanto, y estar hartos de tantas falsedades con las que ellos mismos se mienten, para luego mentir...
Ya cruzamos muchas veces ese puente, para llegar a otra ribera y apartarnos de quienes han optado por otros rumbos, que no tienen el sentido ni el destino para el que nos han dado la vida...
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