En latín: pascae; en hebreo; pèsaj; en español: pascua, paso...
Sí, para los judíos, el cruce del Mar Rojo, es el tránsito de la esclavitud hacia la libertad. Para los agnósticos, es el tránsito superior del espíritu y la supremacía de los valores, sobre la materia.
Y para los cristianos, es el tránsito, es la convicción de que estamos de paso por la vida, y que la muerte no es el final, es la pascua con la que nos aproximamos a la vida eterna, con nuestra Resurrección...
Por eso no hay que temer, y confiar en la promesa del PADRE...
Entonces, al vencernos para no mentirnos, con la entrega de nuestro ser a nuestros semejantes, sin reservarnos nada, sin cálculos previos que por lo general suelen ser mezquinos, podremos acceder a horizontes nuevos al levantar vuelo, y visualizar la maravilla de la vida, y todavía si lo conquistamos, el renacer con la PASCUA para vivir la plenitud junto al SEÑOR, en la eternidad...
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