No destroces la inmensa potencialidad que te han dado, con la gratuidad de la vida.
La maravilla del ser, aunque te cueste entenderlo, no te pertenece y mucho menos para que hagas sufrir a los que más te quieren, abandonándote en un explicable extravío...
La fe,don que torpemente resistí y sentí recién cuando muchos años había avanzado ya mi vida, no hizo más que redoblar las esperanzas que siempre había sentido.
Y comprometió aún más mi ser para el sueño renovado y profundo de la redención de la especie en lo que esté a mi alcance y empezando por mí, para aportar todo lo que pueda al renacer de un hombre nuevo...
miércoles, 3 de junio de 2009
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