La Democracia se debilita si sólo prioriza lo formal. Debe legitimizarse con contenidos reales en protección de los pueblos. Pierde vigor si los votantes no crecen y despiertan para luchar por un verdadero despertar.
Hay que emitir un voto responsable, ir detrás de quienes levantan banderas de grandeza, con programas que no escondan problemas estructurales, ni intereses personales meramente electoreros, en perjuico del bien colectivo de los más...
Basta ya de chacritas electoreras de los falsos lideres que no han sabido conducir a sus pueblos ni les duele su indignidad.
De la misma manera que estamos esperanzados en el resurgir de un hombre nuevo para transformar este mundo que hemos hecho, es imprescindible el resurgir de un político nuevo que irradie esperanzas sobre bases posibles, realizables y sostenibles, y no se conforme solamente con administrar las crisis...
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