Al menos junto a ellos aprendí a discernir mejor y a vivir alerta en medio del "sidasocial" de la situación enfermiza que nos envuelve.
No le rindas pleitesía a los falsos profetas del dinero, el poder, el placer desenfrenado, la frivolidad, y todas esas tonterías vacías, que impiden tu elevación.
Arrodíllate sí ante el altar del amor y ofécete a él dando tu ser sin reservas, que para eso sí se precisa coraje y una fuerza sobrehumana que nos respalde...
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