domingo, 25 de septiembre de 2016

BAJO EL INFINITO DE LAS INTEMPERIES...

En el aula del vivir, si es que la aprovechas bien, se aprenden muchas cosas, aunque haya que pagar por ellas, un alto precio...
 
Bajo el infinito de las intemperies en donde el cotidiano vivir deja huellas imborrables, nos entrenamos para soportar el duro trance de los repechos que al fin hay que ir venciendo, en las sucesivas etapas como pruebas exigentes de una larga travesía por la que paso a paso nos vamos aproximando a un destino, siempre que las claudicaciones no nos paralicen con sus engaños...
 
Hay obstáculos en los diferentes senderos, porque nada, absolutamente nada es gratuito en la existencia. Lo único que se nos da gratuitamente es la vida, con todo su maravilloso potencial, y la fuerza de levantarte siempre si caes por cualquier tropiezo. 
 
Luego, todo habrá que conquistarlo, incluso, no haciendo oídos sordos al llamado que se nos hace y que tercamente nuestros caprichos insensatos nos impiden oír...
 
Como se conquista el amor verdadero, el que no se esconde detrás de  un antifaz, el que no se confunde con falsos idilios pasajeros, el que no se embriaga ante los jolgorios inconducentes, porque es el que ata indisolublemente a las almas que recíprocamente se atraen, anticipo en esta efímera temporalidad de la existencia, de lo que será la  verdadera meta, gloria de un destino interminable...

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