viernes, 22 de abril de 2016

CUANDO EL AMOR ATRAVIESA FRONTERAS...

Intuyo que hay un diálogo sin palabras, silencioso, sin mensajes concretos, cuando la información estadística de mi blog, me informa que mis entradas son al menos leídas por gente de tantos países inimaginables para mí, que por los diferentes navegadores y sistemas operativos se relacionan conmigo, a lo que le adjudico un inmenso valor, más allá de ignorar si hay acuerdos o discrepancias con los conceptos que difundo.
 
Solamente pensar que alguien se detiene o se ha detenido en mí (desde México, España, Ucrania, Emiratos Árabes Unidos, China, Alemania, Marruecos, Portugal, Estados Unidos, Rusia, Uruguay, Chile, Francia, Argentina, Ecuador), desde diferentes culturas y lenguas, provoca que yo me imagine, aunque no lo sepa con certeza, que de algún modo me están honrando y justificando ese otro modo de darme a mis semejantes al difundir mis pensamientos sobre diversos temas. 
 
Recibo comentarios directos, explícitos de palabra o por escrito que se refieren a mis registros, de seguidores, familia, amigos y relaciones que mucho agradezco, y me sigo sorprendiendo del alcance de los medios de información, porque muchos más lo hacen (sin registrarse), respondiendo a sus hábitos, a sus raíces culturales, lo que le otorga un verdadero sentido a mis intentos que de algún modo vuelan de aquí para allá, y más allá de las distancias..., en la que el idioma común del hombre (que está implícito en el amor), atraviesa fronteras...

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