Hay seres que se sienten cómodos, pergeñando actitudes nada santas ni francas, solapadas, traicioneras, revanchistas, impulsadas por secretos escondidos o complejos que no han podido ni querido superar.
En algunos casos por enfermiza envidia, por abrirse paso y alcanzar protagonismo trepando pero también reptando, porque necesitan medrar en los conflictos, y tantas veces también, porque son cobardes y no tienen el coraje de luchar limpiamente, yendo de frente en toda circunstancia...
Cuando actúan, suelen hacerlo utilizando siempre un factor común, como la mediocridad, la maldad y cuando no, la alevosía en pos de propósitos nunca constructivos, que son los que predominan en quienes pretenden conseguirlo todo de cualquier forma, y al precio que sea...
Y como llevan la falsedad enquistada en sus almas, dejan a su paso injusticias, mentiras, muchas penas y nada de gloria..., y sí, las secuelas de sus propios fracasos..
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