jueves, 25 de febrero de 2016

TRAPOS SUCIOS DE LA NATURALEZA HUMANA...

Aunque estén bien inspirados cuando se refieren a los temas candentes de la corrupción en España, suelen emitirse en tertulias televisivas y también fuera de ellas, conceptos que en rigor no puedo compartir.
 
He llegado a sentir: "El poder corrompe", y por honestidad conceptual debo expresar que no comparto esa afirmación dicha así con una valoración general.
 
No corrompe en mi concepto "el poder", son los hombres sin integridad moral los que ceden ante sus tentaciones, y se doblegan ante el imperio de sus ambiciones desmedidas, adoptando cínicas e hipócritas posturas que no son más que un disfraz para ocultar sus miserias...
 
Miserias que se esconden detrás de un falso escudo de impunidad, cortina protectora en la que confían pero que no es tal, cuando la Verdad se abre paso de alguna forma, para convertirla en efímera aliada de las malas conductas que tarde o temprano se manifiestan.
 
Es una grabación, es un correo electrónico, es un acto de arrepentimiento, es un acuerdo salvador que se canjea por un castigo menor, es un desborde de soberbia, es, en fin, una circunstancia no prevista pero posible, que abren las rendijas que se creen cerradas herméticamente, para que la luz de la verdad asome con sus resplandores clarificadores, para dejar al descubierto estafas muy bien montadas de los aprovechadores por más disimulos que intenten, incluso dando clases de moral estafando y ofendiendo a quienes han confiado en ellos...
 
También he llegado a sentir  con referencia a otro tipo de situación: "cuidado, es un depredador...", y yo creo que podrán serlo, pero con quienes se dejan depredar, con quienes se dejan comprar, con quienes terminan por ser esclavos de su propia mediocridad y hacen canjes mezquinos, porque por "treinta dineros" le entregan su alma al diablo...
 
Entonces, no hay que confundirse, ni es el poder el que corrompe, ni es el depredador de turno, son las debilidades del ser, son las miserias que se visten de apariencias, en definitiva, trapos sucios de la naturaleza humana que lamentablemente abundan por los cuatro puntos cardinales...
 
He visto muchas veces esa película, y he sufrido en carne propia los latigazos injustos de quienes creen que pueden llegar "de cualquier forma", cuando solamente la verdadera elevación se alcanza, si se posee el coraje de hacerlo con la honesta sencillez del amor en el paso a paso aproximándonos al destino que podamos conquistar en lo cotidiano, sin la inmediatez que nos lleve por caminos erróneos..., y en tantos casos por senderos salvajes.
 
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario