lunes, 22 de febrero de 2016

VIVIR SIN DESFALLECER...

En esta entrada al blog, había escrito algo referido a la desesperanza que comprobamos en algunos mayores y enfermos de nuestra comunidad, y a la honda pena que sentimos al comprobar (en un muy reciente encuentro) que declinan hasta el extremo de negarse toda esperanza...
 
Pero el involuntario toque de una tecla inadecuada, borró lo escrito con tristeza, con la amarga constatación que sentimos quienes hacemos propios los dolores que nunca jamás nos son ajenos...
 
Es así, sentimos en el alma la misión pastoral que nos impulsa hacia los que sufren las afrentas de la vida con las marcas que les van dejando los años, y tantas veces la incomprensión y la soledad que los va envolviendo, en un presente tan falto de generosidad, repleto de indiferencias y de lamentables olvidos...
 
Si bien el texto borrado está en nosotros y hubiésemos podido reconstruirlo, tomamos ese acto involuntario de eliminarlo como una premonición, y lo dejamos con conciencia plena de que muera en sus propias sombras, para entonces propiciar sí, un nuevo grito de esperanza por aquellos que la van dejando tristemente archivada en el baúl del ayer, porque al menguar sus fuerzas físicas, desfallecen también los recursos espirituales que deberían imponerse en esos trances difíciles de la existencia...
 
Y como nosotros por edad, por imperio de nuestra naturaleza, por estar "tocados" por la magia de la fe y nutrirnos de la savia que se nos regala desde el cielo, por habernos forjado a fuego lento y constante, por haber asistido a las aulas de la vida soportando sacrificios y dolores que nos han dejado tantas enseñanzas como huellas y cicatrices imborrables, o por lo que sea..., no podemos dejar de dar gracias desde el alma, por esos dones que nos permiten andar con paso firme, levantarnos de inmediato si algún tropezón nos voltea, y abrir las selvas sin fatigas y a machetazos cuando en ellas se esconden quienes traicionan el buen vivir, o de algún modo nos estafan las esperanzas...

Es decir, vivir sin desfallecer...

Justamente, sentimos que estamos obligados a "dar" todo cuanto esté a nuestro alcance,  puesto que nada nos pertenece, ni siquiera la vida, si no es para ofrecerla a manos llenas volcando experiencias, amor y pasión por los seres queridos y semejantes, cumpliendo con los roles y compromisos sobre los que no renunciaremos, por más años que se nos vengan encima, o cascotes que nos lance la vida, mientras un suspiro permanezca en nosotros, y sigamos entrenados debidamente para esquivarlos, del mismo modo que le haremos "gambetas y moñas como cuando jugábamos al fútbol", cuando la declinación intente capturarnos, o nos venga a buscar "la parca" irreversible de la existencia.

Mientras tanto, pelearemos la vida, y no nos bajarán del ring así nomás, sin importarnos a quien o a quienes tengamos enfrente, sin tenerles miedo, al haber aprendido desde purretes a no achicarnos ante ninguna circunstancia, y muchos años después, al desbloquearnos y comprender que estamos protegidos por el Amor que todo lo puede...

 
 
 

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