sábado, 5 de septiembre de 2015

La gente siempre habla...

Con motivos o sin ellos en general, la gente siempre habla...

Tenemos que saberlo y comprenderlo aunque no siempre lo compartamos, pero lo usual es que te miren por fuera sin saber lo que está adentro, la verdad misma y no las apariencias que suelen ser engañosas.

En el universo interior de cada quien, allí donde el alma no necesita de espejos para acicalar las apariencias, es donde se resuelven las constantes que regulan la existencia de cada individuo.

Allí es donde se procesan los valores esenciales que le ponen rumbos a las conductas, donde se determinan los propósitos, se seleccionan los senderos en procura de las metas que cada quien entienda para sus vidas.

Y es justamente allí, donde la gente no interfiere, donde los demás (los de afuera) no cuentan, pero igualmente opinan, hablan porque es gratis hacerlo para alimentar los sinsentidos de las críticas sin fundamento, las palabras sin alma, las calificaciones injustas y tendenciosas que tanto mal le hacen a la convivencia fraterna...

Lo dicho, comentan lo de afuera, la epidermis del ser, pero ignoran lo más valioso, lo intocable, lo que está oculto e inalcanzable porque no se deja ni siquiera rozar por palabras vanas o intenciones que no son constructivas...

Solamente el amor y la amistad que es una forma de amar, suelen conducirnos a la Verdad que está detrás de cada individuo para que florezca lo esencial.

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