lunes, 22 de junio de 2015

Yo sé de donde vengo...

Siempre lo supe, nunca me han confundido mis orígenes y mis raíces todavía están prendidas mucho más allá de las distancias...

Yo sé de donde vengo y también sé la savia que bebí, que me nutrió por dentro, que fortaleció las fibras de mis entrañas.

Yo no tuve lo que comúnmente todos tienen, porque las circunstancias todavía incomprensibles para mí, arrancaron de mi vida a mi madre cuando yo tenía apenas veinte meses.

Pero tuve otros amores: un padre adorado, otra madre cuando tenía seis años, nuevos abuelos, la  llegada de dos hermanos, familia multiplicada de afectos que me colmaron de amor y me volcaron valores a partir de los cuales fui construyendo paso a paso mi existencia, como pude, a partir de carencias vitales casi al llegar a la vida.
 
El sacrificio y los desprendimientos le han puesto una marca imborrable a mi vida.
 
Viví casi sesenta y cinco años en apariencia sin fe, poderosas razones influyeron en mí para negar y bloquear lo que luego fue una esencial certeza en mi ser.
 
Y cuando llegó a mi vida el verdadero amor sin buscarlo, el que por expreso mandato de La Providencia está en algún lugar siempre esperando, un ángel llegó a mi vida con Alma y se situó en mi alma, para que yo hiciera un curso de catecismo de casi cuarenta años, hasta sentir en lo profundo que la fe en el Señor había inundado mis entrañas.
 
Y todo por seguirla, por estar con ella, por asistir al rito cristiano, por sumergirme en los textos bíblicos, por ver a mis semejantes entregados a una unción que luego hice mía desde el fondo del alma.
 
Quienes me han conocido de toda una vida pueden haberse sorprendido de mi conversión, pero a mí no me extrañó, porque sentí en ese paso a paso aproximándome, que estaban desde siempre en mí esos preceptos negados y que fui asumiendo casi sin darme cuenta, hasta que llegó el día de mi definitiva conversión.
 
Así que yo sé responder a la pregunta: ¿hacia dónde voy? Porque yo sé de donde vengo..., para no tener necesidad de más razones para explicar ni demostrar mi creer sin ver..., mi absoluta adhesión a la Verdad que orienta mi existencia hasta mi destino...



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario