jueves, 18 de junio de 2015

Apenas somos eso...

Aunque muchos no lo entiendan ni lo acepten, apenas somos eso..., un intento.
 
Un pequeño y casi insignificante grano de arena en el gran desierto de la vida, como es la tierra en medio del infinito universo.
 
Entonces, hay que empezar por aceptar nuestra pequeñez y no caer en el error de sobrevalorarnos, comprendiendo que podremos ser en potencia como un grano de mostaza..., según la fertilidad sobre la que desarrollemos raíces y el riego enriquecedor de la superación personal.
 
Y justamente allí estará la grandeza que podamos alcanzar, para cobijar certezas bajo la fronda de cuanto podamos conquistar.
 
Pero no nos engañemos, no nos elevaremos si nos congelamos por dentro, permitiendo que nos invadan las células enfermas del desamor, mal amigo que nos tuerce el rumbo de nuestras vidas, se nos secan las nutrientes y nos enceguece, para que caigamos sin luchar por la bajada donde desaguan los afluentes de las negaciones hasta los oscuros abismos, pero de los intentos vanos... , donde ni restos de raíces quedan para poder asirse.
 
Si apenas somos eso..., ¿cómo es posible que nos cueste tanto entender que a partir de la sencilla pequeñez se puede y se debe legitimar el vuelo hacia lo alto y mantenerlo que es lo más importante, siguiendo el ejemplo del modelo que apenas tuvo un pobre refugio para nacer?
 
Menos mal que venció a la muerte para darnos vida y enseñarnos a vencernos, a partir de nuestra naturaleza frágil, tan propensa a caer en las tentaciones que no son otra cosa que pasos inciertos hacia una vida sin destino...
 
 
 
 
 
 


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