lunes, 29 de junio de 2015

Se ven caras pero no corazones...

Uno al vivir va agudizando sus percepciones, en la medida en que los roles se afirman y los sentimientos hacen alianzas con el sentido común que reside en la sencillez.
 
No hay que dar muchas vueltas para concluir que en general abundan las situaciones en las que se ven caras, pero no corazones.
 
Hay verdaderos expertos en ejercicios de simulación, que se esfuerzan en "quedar bien" y no alcanzan a comprender que se les descubre con facilidad su teatralidad porque no pueden evitar que los velos de sus apariencias se abran a la menor brisa que sople, o que alguna circunstancia los ponga a prueba..
 
La espontánea y sencilla Verdad se demuestra en los pequeños actos cotidianos, esos que no necesitan de escenarios donde actuar, ni que se levanten los telones de la figuración sin reales contenidos.
 
Se ha escrito mucho sobre la hipocresía, pero igualmente se insiste en agregarle más renglones al ya pesado texto de la falsedad que con tinta casi indeleble deja rastros que no ocultan aquello de que se ven caras y no corazones...
 
Muchas sombras tóxicas nutren el oscuro manto que por encima se interpone para que la luz de la Verdad nos llegue con todo su esplender, pero al fin nos llega al actuar el cernidor donde se filtra lo perdurable para que se manifieste la firmeza sobre la roca dura e indestructible del amor sin tapujos aparentes...
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario