lunes, 22 de junio de 2015

Ganar la contienda espiritual...

Al competir solamente conmigo, intento como siempre ganar la contienda espiritual.

Para esa batalla me estoy entrenando permanentemente.
 
Se trata sencillamente de vencerme, procurando no dejar espacios vacíos en mi ser por cuyas rendijas puedan colarse células enfermizas que siempre anidan en las fragilidades.
 
No es ganar en el sentido material lo que más me inspira, sería muy mezquino aprovechar la maravilla de la vida recibida en forma gratuita, cuando tenemos por dentro y hacia adelante el inmenso caudal potencial, en un don que por amor debemos brindar sin ponerle un precio a nuestros actos.
 
Si predomina ese sesgo, seguro es que le ganaremos la gran batalla a la vida,  despejando las piedras que nos hagan tropezar, como también, derribar los muros que lo impidan.
 
Ese propósito siempre contará conmigo para darle verdadero sentido a mi paso por la vida.
 
Yo busco la superación en el buen sentido, jamás me han confundido los cálculos ni los porcentajes de rendimiento que dejen el tendal de semejantes por el camino, porque siento que ello no es ganar la porfía que legitima la Verdad...
 
No me pongo una camiseta si no estoy dispuesto a transpirarla, a jugarme por ella, a mojarme siempre en mi obrar y en el campo conceptual, para "capitalizar" los valores que me han transferido y los que me he forjado en el largo caminar.
 
La verdadera riqueza para mí es intangible, no es material, no procede de mercados perversos que lucran con procedimientos sin alma...
 
Por esa razón intento ganar la contienda espiritual...
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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