lunes, 7 de diciembre de 2015

YO VIVO ASÍ, PIDIENDO CANCHA...

Yo sé que la contienda es larga, sé que los repechos son empinados, pero también sé que desde el fondo de mis entrañas, hay una voz que me repite siempre: "ni lo dudes, no hay fatigas posibles que te puedan detener..."
 
Claro, si desde pequeño he vivido así por más que me hayan curtido a patadas primero con la de trapo y después..., en el campito de mi barrio y más después..., en la cancha grande o en el ring donde se pelea la vida qué más da...
 
Siempre ha sido así, porque la naturaleza que me han dado y lo que yo le agregué forjándome como pude, me llevaron en todos los escenarios, a vivir así, pidiendo cancha..., para darme más y más...
 
Con mi permanente inconformidad a cuestas, cargando en mi lomo las pesadas cargas de mis compromisos que no han conseguido doblarme..., ni han logrado que me aferre a algún bastón para seguir haciendo huellas con mi andar, y tantas veces, metiéndome en las selvas sabiéndolas cargadas de espinas y de trampas, con el machete de mis ideas en ristre para derribar los zarzales de la mentira, de la maldad, de la traición, de los olvidos indiferentes que abren heridas y machacan la esperanza de mis semejantes.
 
Yo vivo así, pidiendo cancha para que se expresen mis rebeldías, mis broncas y al mismo tiempo, intento multiplicarme para seguir cantándole un canto al amor que no me exige machete alguno, ni broncas, ni enojosas rebeldías porque justamente..., me basta sentir la melodiosa partitura y urgir así mi necesidad de más cancha para darme sin dudas ni fatigas al amor que hay en mi vida...
 


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