viernes, 4 de diciembre de 2015

NI SOMBRAS DEJAN A SU PASO...

Cuando se mira la vida y los "personajes" en ella encontrados, y esa reflexión se hace con la serenidad con la que el tiempo te va situando, es sencillo percibir aquello que antes tanto alteró la paz de la convivencia...
 
Lo he sostenido muchas veces, no se trata de reabrir heridas ni mostrar aquellas que no se ven a simple vista, que están en el alma y que por lo general son las que más duelen.
 
Pero es verdad que te marcan, te ponen en guardia, enervan las rebeldías...
 
Cuando Mezquindad, Envidia y Soberbia resuelven un mismo caminar tomadas de la mano,  se puede comprobar la poquedad, la mediocridad que representan pues ni sombras dejan a su paso,   afortunadamente, para que no nos aproximemos a ellas ni a sus endiablados propósitos.
 
Al final de cuentas debemos agradecerles porque terminan despertando falsas inocencias y estimulan la necesidad de estar alertas cambiando de senderos ante presencias peligrosas o mirando hacia atrás, porque "se rieron de tu abrazo y ahí nomás te hundieron con rencor todo el arpón..."
 
A traición lo intentan, por supuesto, pero no les podemos dar el gusto, y hay que recordárselo a la memoria para que no se diluyan con los olvidos..., aprendizaje que tienen que tener muy en cuenta quienes vienen detrás, justamente, para no sufrir ni permitir que esas endemias se aproximen a sus almas, no valen la pena, puesto que ni sombras dejan a su paso, porque es imposible hacerle trampas a la Verdad, dado que su resplandor lo pone todo..., todo en evidencia.
 
 
 
 
 


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