miércoles, 14 de octubre de 2015

Si te oxigenas por dentro, serás más puro hacia fuera...

Esto es más viejo que el mundo. Está en la tapa del libro de la vida.

¿Cómo es posible que no se entienda algo tan esencial, como la sencilla Verdad que sostiene que si te oxigenas por dentro, eres más puro por fuera...?

Para ello no se requiere mayores esfuerzos, solamente hay que intentarlo obedeciendo a una serena y honesta reflexión, abriendo rendijas en el alma para que llegue el resplandor allí donde le hemos dado rienda suelta a las sombras...

Se podrá pregonar de palabra lo que sea, el más trascendente propósito, pero si no lo conviertes en un concreto obrar con testimonios palpables, algo o mucho faltará para que tus semejantes concreten en ti aquello de que "por tus obras te reconocerán".

Es desde el corazón del hombre que se expresa lo bueno y lo malo que está en él, y esa inevitable constatación no se podrá ocultar con discursos vacíos, con actitudes envueltas en hipocresías, ni con trampas que al final dejan en evidencia las selvas en las que nos sumergimos cuando erramos el rumbo y nos mentimos, creyendo que engañamos con facilidad a nuestros semejantes.

Pero si al final todo se sabe cuando se cae el disfraz y aparece la cruda verdad de que no logran ser puros tus actos hacia afuera, justamente, porque simulas y no te has oxigenado por dentro.










No hay comentarios:

Publicar un comentario