La identidad de un país, de un grupo, de un colectivo, de una región, no se define solamente con su nombre que puede convertirse y perdurar como mera fachada, sino primordialmente, por la singularidad de sus contenidos...
Así ocurre con las Democracias por ejemplo, cuando se nos condena o nos conformamos con el hecho de que estén repletas de formalidad, pero carentes de contenidos esenciales, en favor de sus pueblos...
Así ocurre también con el individuo, a quien se le reconoce mucho más por la singularidad de sus acciones y trayectoria, que por el vano anuncio de su nombre que al fin, no es más necesario que para figurar en sus documentos, cuando puede y debe ser lo primordial en toda doctrina o propósito siempre cumpliendo el rol de dignificar la especie en lo individual y colectivo.
Estos comentarios previos vienen a mi mente, porque se me ha solicitado integrar un grupo en el pueblo de España en el que hace unos años las circunstancias de la vida me han llevado a residir, con el fin de abrir un espacio desde el que luchar por elevar el nivel cultural como motivo esencial.
Y estamos en la tarea de darle un nombre que lo identifique, que, como vengo sosteniendo no será lo más importante, sino aquellos contenidos que podamos convertir en acciones concretas en favor del colectivo social del que formamos parte.
Estamos en la etapa de conocernos entre los integrantes, convocados desde sus respectivos carismas e inclinaciones personales, formulando las bases de futuras acciones, respondiendo a la esperanza de lograr contenidos que abran senderos de recuperación del sesgo cultural, tan venido a menos en estos tiempos en los que predominan otras cosas en la sociedad moderna, que nos apartan de la libertad, la dignidad, la moral, el humanismo que no puede herirse por las barbaries que pretenden imponerse, con la incultura del dinero, del mercado, de la manipulación globalizadora, con la mezquindad que intenta siempre confundirnos para no dejarnos pensar...
He sido invitado a una charla en la Universidad de Filosofía y Letras en Alcalá de Henares, vinculada con mi producción escrita, y tengo muy claro que concurriré a ella, sin ninguna confusión, porque no es mi nombre ni mi persona lo importante, sino los contenidos que se me han permitido elaborar y formular a mi humilde sencillez, compartiendo la difícil tarea de escribir y de ir a contra corriente, al denunciar todo cuanto atenta contra la dignidad del hombre, un ol asumido con pasión que me llevan a enfrentarme con las endemias de este presente, procurando que sus metástasis no sigan devorando al individuo interiormente, justamente, porque con las mentiras y los venenos que nos inoculan para beneficiarse, y siembran también el deterioro de los valores que crece en forma exponencial, junto a los caprichos de muchos de ir muriendo poco a poco, renunciando a esta maravilla que es la vida para vivirla con verdadero sentido, es decir, repleta de contenidos...
Así ocurre con las Democracias por ejemplo, cuando se nos condena o nos conformamos con el hecho de que estén repletas de formalidad, pero carentes de contenidos esenciales, en favor de sus pueblos...
Así ocurre también con el individuo, a quien se le reconoce mucho más por la singularidad de sus acciones y trayectoria, que por el vano anuncio de su nombre que al fin, no es más necesario que para figurar en sus documentos, cuando puede y debe ser lo primordial en toda doctrina o propósito siempre cumpliendo el rol de dignificar la especie en lo individual y colectivo.
Estos comentarios previos vienen a mi mente, porque se me ha solicitado integrar un grupo en el pueblo de España en el que hace unos años las circunstancias de la vida me han llevado a residir, con el fin de abrir un espacio desde el que luchar por elevar el nivel cultural como motivo esencial.
Y estamos en la tarea de darle un nombre que lo identifique, que, como vengo sosteniendo no será lo más importante, sino aquellos contenidos que podamos convertir en acciones concretas en favor del colectivo social del que formamos parte.
Estamos en la etapa de conocernos entre los integrantes, convocados desde sus respectivos carismas e inclinaciones personales, formulando las bases de futuras acciones, respondiendo a la esperanza de lograr contenidos que abran senderos de recuperación del sesgo cultural, tan venido a menos en estos tiempos en los que predominan otras cosas en la sociedad moderna, que nos apartan de la libertad, la dignidad, la moral, el humanismo que no puede herirse por las barbaries que pretenden imponerse, con la incultura del dinero, del mercado, de la manipulación globalizadora, con la mezquindad que intenta siempre confundirnos para no dejarnos pensar...
He sido invitado a una charla en la Universidad de Filosofía y Letras en Alcalá de Henares, vinculada con mi producción escrita, y tengo muy claro que concurriré a ella, sin ninguna confusión, porque no es mi nombre ni mi persona lo importante, sino los contenidos que se me han permitido elaborar y formular a mi humilde sencillez, compartiendo la difícil tarea de escribir y de ir a contra corriente, al denunciar todo cuanto atenta contra la dignidad del hombre, un ol asumido con pasión que me llevan a enfrentarme con las endemias de este presente, procurando que sus metástasis no sigan devorando al individuo interiormente, justamente, porque con las mentiras y los venenos que nos inoculan para beneficiarse, y siembran también el deterioro de los valores que crece en forma exponencial, junto a los caprichos de muchos de ir muriendo poco a poco, renunciando a esta maravilla que es la vida para vivirla con verdadero sentido, es decir, repleta de contenidos...
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