lunes, 12 de febrero de 2018

ESA ES LA PASIÓN DE MI CAMINAR...

Siempre he sostenido que no es sencilla la tarea de un escritor comprometido, y que además como en mi caso, no acepto mordazas de ninguna especie, excepto aquellas que provengan de la cordura, y todas las razones adicionales que mi conciencia me dicte...

Nadie podrá privarme de mi libertad, mientras mis debilidades no me acorralen dentro de mis propias rejas, al claudicar renunciando a la coherencia que deben tener mis testimonios cotidianos, con las certezas que proclamo.

Generalmente el hombre se queja siempre señalando a los demás como culpables, y pocas veces se plantea exigentes reflexiones con las cuales es imprescindible explorarse interiormente y sin mentirse...

Esa es la razón esencial, aparte de mis amores más íntimos, que me mantienen vivo y joven por dentro, para permitir que pueda darme totalmente, para donarme con plenitud en la vida y en mi muerte, procurando que mis pasos por esta fugacidad, dejen huellas de mi existencia, y de ese modo, poder ponerle trabas a la llegada de los olvidos, que son pesadas lápidas que manifiestan el fin definitivo que tanto me empeño en negar...

Y esa consigna se cumple en el constante caminar sin dejar de soñar, cuando percibo que me ofrezco a quienes más quiero y necesito, también a mis semejantes respondiendo a los llamados que me convocan en todo cuanto esté a mi alcance, siempre, olvidándome de mí y sin anteponerme jamás...

"Esa es la pasión a la que se aferra mi caminar, el que me ha permitido soportar las heridas de la vida, sin disponer siquiera de un instante para una queja que jamás me he permitido, porque la expulso de mí, y le paso por arriba con un desafío o un intento nuevo..."

¡De qué vale la chatura renunciante de la nada...!

No vale nada ingresar a las sombras de nuestro propio sepulcro, cuando la maravilla de la vida siempre nos brindará la oportunidad de una revancha, un nuevo resplandor para seguir luchando sobre el ring de la vida, para procurar vencer ganándonos, y nunca acostumbrarnos a festejar un empate...

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