Cada uno tiene el legítimo derecho de pensar y actuar con plena libertad, sin desatender los límites del sentido común, la cordura, los derechos y obligaciones en tanto integrantes del conjunto social del que formen parte, siempre, enalteciendo el convivir...
Lo que no es admisible es la postura de atropellar contra el orden establecido, para imponer su verdad o sus apetencias, ignorando las normas que regulan esa convivencia con sus semejantes originando conflictos que generan respuestas y controversias inevitables, con consecuencias que dañan al conjunto, y que ponen en guardia a quienes tienen la responsabilidad de velar por el equilibrio y la seguridad colectiva...
No es sensato sostener "el como sea", como tampoco hacerlo "de cualquier modo", sin que se tenga que dar cuenta de esos arrebatos ante los poderes que el colectivo se ha dado con la Constitución y las Leyes.
Hay un error conceptual primero y esencial que se ignora, y es que a nadie se le niega que piensen y propongan las ideas que posean, no serán sancionados por ellas, sino por la forma inadecuada de impulsarlas, transitando caminos prohibidos cuando lo que corresponde es buscar las formas que permitan primero que se modifiquen las normativas Constitucionales y Legales, que no admiten las prerrogativas que cualquiera puede por sí adjudicarse un derecho que no tiene, porque el pueblo "todo" es el legítimo propietario de ellas...
La terca e insostenible obstinación con la que se empeñan negando esa Verdad, trae siempre consigo conflictos, para que nazcan sus falsos reclamos como los de considerarse "presos políticos", o "perseguidos por sus ideas" cuando no lo son, justamente, por haberle pasado por arriba con sus insensateces a los marcos preestablecidos, ante los que no han tenido el coraje ni la dignidad de respetar...
Y lo peor del caso, es que ante esa rigidez caprichosa, no es posible diálogo alguno.
Se encierran en repetir sus mentiras, para mentirle a los seguidores que han conseguido confundir, y tratan de ponerlos por delante para legitimizar con ese respaldo, un error con el que han provocado una ostensible ruptura social, han involucrado a las fuerzas del orden, han provocado una crisis económica, tratando además de llevar ese conflicto a la diplomacia internacional, para intentar recoger también allí, un apoyo que no han conseguido, salvo las excepciones de aquellos que siempre utilizan y justifican esos métodos de ruptura...
No se animaron a proponer una reforma constitucional, porque no tienen nada de tontos, al saber que si todo el pueblo español se expresara en ese sentido, se les cerrarían todavía más las puertas para el imposible que persiguen, y que todavía (con dirigentes en la cárcel y otros fuera de fronteras en destinos hacia los que han huido para no asumir sus responsabilidades), seguirá por mucho tiempo con procesos judiciales, con protestas callejeras, con trabas conductivas, con negociaciones que cada vez son más controvertidas, con inseguridades económicas, y otros riesgos ante el descontrol de las conductas que pueden resultar más que lamentables, esas sí, con eventuales violencias sobre las que deseo equivocarme...
Vuelvo otra vez a un concepto sobre el que hace meses me referí en este blog: esto se resuelve "entre todos", porque la unidad de España "a todos pertenece" constitucionalmente, y no a unos pocos que se creen iluminados o con algún resplandor para llevar adelante un propósito que es inviable, y ya no valen las posturas ni las excusas para declararlo como meramente testimonial, simbólico, y sin consecuencias, para liberarse de sanciones ni de ulteriores responsabilidades.
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