Todavía estoy procesando los ecos que me sacudieron por dentro, en oportunidad de presentar mi última novela publicada el pasado 19/5/2017:"OCULTOS EN LAS SOMBRAS"(Chiado Editorial).
Las expresiones vertidas en ese encuentro sobre la obra y mi persona, pronunciadas por el Alcalde don Pedro Valdominos al iniciar el acto, por el académico de la Real Academia Española don José María Merino al presentar la novela, y por el sello editorial que me respalda, que desde la mesa donde me acompañaron expresaron conceptos inesperados para mí en sus contenidos, perturbando la sencilla humildad de mi ser, y llenándome de muy sentidas emociones.
Les brindo ellos, a todos los que me honraron con su presencia, a mi hijo que me sorprendió con la carta que se leyó al finalizar del acto y a la familia que me acompañó, mi profundo agradecimiento y la reciprocidad que me sale del alma, por tanto calor, tantos apoyos, para quien no hace otra cosa que luchar incesantemente como puede, por un despertar individual y colectivo, imprescindible para que no nos sigan ahuyentando las esperanzas...
Personificado en algunos de los personajes (mezcla de realidades y pincelazos de ficción), a quienes les hice decir certezas que han acompañado mi transcurrir, comparto hoy algunos fragmentos del Prólogo, pensando en aquellos que están en la distancia que me honran acompañándome como seguidores unos, y los más con comentarios que todavía me aferran más a los propósitos irrenunciables que han guiado mi caminar y que he plasmado en mi producción escrita.
Uno de los tertulianos sostenía:
"Formo parte de un reducido grupo de amigos a quienes nos duele el mundo en este presente, más aún al comprobar de qué modo claudicamos, cómo sucumbimos y nos rendimos sin luchar ante las trampas que nos tienden quienes viven "ocultos en las sombras..."
He pasado la vida cerca de muchos miserables, pisándoles los talones y soplándoles en la nuca.
Y no hay que creer que solamente pueden ser calificados así quienes han robado, violado, asesinado o secuestrado.
Hay también otros ejemplares de la especie que cometen o han sido culpables de incalificables barbaridades, que se visten de blanco, pero tienen el alma negra...
Conocedores profundos de las fragilidades de nuestra naturaleza humana, saben muy bien cómo atraer a los desprevenidos hacia sus redes pobladas de engaños. Venden fácilmente la píldora de la evasión y de la falsa"felicidad", facilitando a los incautos el ingreso al abandono, a la placidez que encuentran en el silencio de las sombras, apartándolos del resplandor donde reina la prudencia y la razón.
Hagámosles frente y detengamos entonces las declinaciones que impiden al hombre, ser libre y sin esclavitudes.
Sacudámonos por dentro para descargar las metástasis que se nos han adherido y que nos van provocando el sangrado del doloroso "sidasocial" por el que se nos va la vida...
Propiciemos una transformación salvadora de nosotros mismos, comenzando por reconocer que muchos estamos enfermos, contagiados, debilitados, al punto de estar viviendo poco a poco nuestra propia muerte".
Uno de los tertulianos sostenía:
"Formo parte de un reducido grupo de amigos a quienes nos duele el mundo en este presente, más aún al comprobar de qué modo claudicamos, cómo sucumbimos y nos rendimos sin luchar ante las trampas que nos tienden quienes viven "ocultos en las sombras..."
He pasado la vida cerca de muchos miserables, pisándoles los talones y soplándoles en la nuca.
Y no hay que creer que solamente pueden ser calificados así quienes han robado, violado, asesinado o secuestrado.
Hay también otros ejemplares de la especie que cometen o han sido culpables de incalificables barbaridades, que se visten de blanco, pero tienen el alma negra...
Conocedores profundos de las fragilidades de nuestra naturaleza humana, saben muy bien cómo atraer a los desprevenidos hacia sus redes pobladas de engaños. Venden fácilmente la píldora de la evasión y de la falsa"felicidad", facilitando a los incautos el ingreso al abandono, a la placidez que encuentran en el silencio de las sombras, apartándolos del resplandor donde reina la prudencia y la razón.
Hagámosles frente y detengamos entonces las declinaciones que impiden al hombre, ser libre y sin esclavitudes.
Sacudámonos por dentro para descargar las metástasis que se nos han adherido y que nos van provocando el sangrado del doloroso "sidasocial" por el que se nos va la vida...
Propiciemos una transformación salvadora de nosotros mismos, comenzando por reconocer que muchos estamos enfermos, contagiados, debilitados, al punto de estar viviendo poco a poco nuestra propia muerte".
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