UN MISTERIO QUE NO MUESTRAN LOS ESPEJOS...

Hay testimonios de amor y superación que son verdaderos ejemplos de vida, magisterios del vivir que se dictan desde el dolor, las carencias, las limitaciones físicas, la aceptación de impotencias en tantos casos genéticas, pero que, han encontrado en el poder de la mente, enaltecer la existencia en las aulas de la vida, para reforzar lo esencial, su autoestima, a ahuyentar las quejas, al convertirse en emisarios de una Verdad que proclaman con la certeza de ir detrás de un sentido, de un propósito irrenunciable para su vida...

Cuando la mente no se somete a las quejas, sino que propicia desafíos que le cierran el paso al doloroso sentimiento de lástima que se esfuma ante sus ejemplares testimonios, se comprende la dimensión del crecimiento interior que ratifica y eleva hasta una potencia para muchos incomprensible e inalcanzable, de que todo es posible si lo intentas desde el fondo del alma...

En definitiva, se podrá vivir con limitaciones manifiestas en el cuerpo, pero si la mente está potencialmente intacta, de nada servirán las dificultades expresivas, las acciones corporales carenciadas, para frenar tu elevación  e intentar vuelos en pos de las utopías que están en tu destino...

¿Qué derecho tenemos para quejarnos, cuando vemos esos testimonios?

Si hasta nos han dado la aparente normalidad corporal, y seguimos sin comprender que allí no está el maná, la fuente surgente desde la que fluye lo esencial, la savia que es nuestra propia salvación, que es la que proviene del fondo del alma...

El secreto está en el volcán interior, y ese misterio, no es el que muestran los espejos...

Es el que descubre la radiografía interior que pone de manifiesto los núcleos tumorales y los vacíos que te congelan por dentro...