miércoles, 11 de enero de 2017

No se puede seguir estafando a los pueblos...

La vida le ha permitido todo lo que ha necesitado y se ha propuesto: salud, bienestar, fortuna material, fama, familia que lo rodea, abogados que lo asesoran, y lo más significativo, la confianza del pueblo norteamericano que lo ha ungido presidente, un honor y un poder ante los cuales tiene que responder y devolver desde ahora, lo mucho que le han dado y permitido alcanzar,  y hacerlo con la sencillez de la grandeza...

Ya no será necesario "actuar" más, lo ha conseguido todo, y la lucha electoral ya fue.

Ahora se levanta el telón y es el momento de abrir las compuertas del alma, para que por allí se vaya todo lo que será innecesario en la realidad cotidiana que a partir del veinte de este mes dependerá de él y del equipo que secundará su más que importante labor.

Inevitablemente precisará: mantener salud corporal y equilibrio mental; priorizar el bienestar colectivo del país e influir positivamente en los destinos del mundo; fortuna, pero espiritual, que le permita expulsar de sí, toda sobrevaloración, prepotencia, posturas soberbias; con un equipo de colaboradores que influya con sus consejos sabios en lo interno y en las relaciones internacionales, en definitiva, que el interés colectivo predomine en los propósitos, dejando a un lado el show habitual, de modo que la grandeza ahuyente las posturas mediocres, la mezquina altanería, la falta de respeto hacia los sectores de opinión, los gestos destemplados, y evite las discriminaciones injustas por los rasgos diferenciales de raza, color de piel, ideas políticas, convicciones religiosas, marginaciones y miserias que llevan a tantos seres a lanzarse a los mares o cruzar fronteras, asaltando vallas,  o enfrentar muros, buscando esperanzas que en sus tierras les niegan, incluso arriesgando sus vidas en el intento...

Han puesto en él  ese altísimo honor de gobernar una nación muy poderosa, y es precisamente desde ese sesgo cuyo valor en mi concepto se agiganta cuando legítimamente se alcanza, y así lo reconozco, lo que me lleva a esta respetuosa reflexión, pensando que su pueblo, y el mundo por la innegable influencia del potencial de tu país, puedan alcanzar las armonías, la paz, la justicia social, en la virtud de un mandato que antes de comenzar ha provocado nubarrones de sospechas, cuando llega el momento de situarse como servidor leal, dejando a un lado el "yo" que generalmente humilla, y enaltecer el "nosotros", utilizando los instrumentos y valores de la grandeza...

Se trata ni más ni menos, que reclamar esperanzado lo esencial, con el optimismo radiante de que el alto honor alcanzado, abra caminos nuevos con atajos que conduzcan hacia horizontes de concordia, de justicia, de crecimiento moral e intelectual, de paz social, y dejen a un lado las rupturas, las intolerancias, las guerras, el infierno de los bombardeos, el terrorismo, la ciega lucha por posiciones estratégicas buscando las riquezas del subsuelo y así  minar la búsqueda de otras fuentes energéticas, imprescindibles para no seguir dañando de muerte al medio ambiente, con imperios dominantes en la economía global que tanto daño le causan a la fraternidad universal...

También, un reclamo esperanzador para que el oscurantismo cultural no siga siendo aprovechado, para estafar las esperanzas de tantos pueblos sometidos a dictaduras de todo orden, en las que la vida del hombre es un producto de descarte en la globalización del mercado sin alma..., que esa potencia puede y debe intentar.

Yo sé que no será tarea sencilla, porque hay "poderes supranacionales piramidales" que tratarán de influir, también sé que no será con ingenuidades que será posible alcanzar metas esenciales, pero los Estados Unidos del norte americano, conforman de por sí un altísimo "poder": económico, una influencia global en los mercados, un respaldo estratégico, un más que poderoso ejército, una tecnología de vanguardia, escudos protectores y disuasorios, un potencial manifiesto en la investigación extraterrestre, la historia misma del camino americano, columnas sostenedoras de una lucha que es posible si se encara, también, con sencillos actos de grandeza...

Yo prefiero analizar los hechos, y no unirme por anticipado a los coros de sospechas y descalificaciones, por prudencia, y porque respeto la voluntad de los pueblos cuando se expresan libremente.

Por eso en principio, mantengo un grado de confianza ante la realidad de su mandato con actitud de rigurosa observancia, con el deseo de que el voto popular no se haya equivocado, y se marchiten prontamente sus esperanzas...




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