miércoles, 16 de marzo de 2016

EL SORTILEGIO SUBLIME DE LA CONQUISTA...

Yo soy sencillamente uno más de los que pueblan el llano, lo tengo claro, y no hay falsedad ni tentación que pueda confundirme.
 
La camiseta que he transpirado siempre y con pasión, es la que tiene el color de la humildad..., para vencer  si está a mi alcance, y no para que jueguen conmigo ni me vapuleen.
 
Y también por ello, soy también y apenas, un humilde escritor que fui aprendiendo y puliéndome con sangre, dolor y lágrimas, en las aulas a la intemperie de la existencia..
 
Un eterno aprendiz por cierto, que disfrutará de esa condición mientras se me permita permanecer en la vida. Eso he sido, soy y seré, gracias a Dios.
 
Y no es casual, nada lo es, sino el resultado de la influencia prevalente y subyacente de la causalidad, que está antes, durante, y detrás de todo intento.
 
Y en mi caso como escritor, "sin serendipia ni chiripa"  alguna (según el decir del flamante académico de la Real Academia Española don Félix de Azúa), camino de algún hallazgo, que sea "casi de milagro"...
 
Por eso un día ya lejano, expresé el concepto: "yo borraría del diccionario de R.A.E. la palabra casualidad, ante la trascendente voz: causalidad..."
 
Las mismas letras con tan solo el cambio de lugar de dos ellas, para generar una enorme diferencia conceptual.
 
Y ese empecinamiento mío me ha convertido en un luchador sin respiro alguno, sin treguas ante las fatigas,  al vivir abriéndole espacios a la esperanza, con el sortilegio sublime de la conquista...
 
Con esa confianza no me admito desfallecer, ni que me regalen lo que no me merezco, al doblar una esquina como si fuera por arte de magia.
 
Yo creo en otra cosa, apuesto con coraje a una elevación, y seguiré el camino difícil que me lleve a enfrentarme frontalmente contra los enemigos de mis sueños, aunque me consideren un loco soñador que se estrella contra una realidad repleta de molinos invencibles, porque respondo a mandatos superiores que anidan en mi universo interior, para poder seguir el curso quijotesco de andar detrás de una quimera mientras no me llegue el tiempo de último suspiro...
 


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