En mi cotidiano vivir, con mis relaciones más íntimas, en este Blog y en los ámbitos donde me expreso haciendo uso responsable de mi libertad, vengo comentando que en España:"algo tiene que ocurrir", para vencer esta deriva sin destino (que el actual timonel del gobierno, como principal responsable), al levantar el telón de su ambición, su soberbia y sus mentiras,, ha herido la concordia que los españoles con grandeza supieron darse para vivir décadas de concordia y prosperidad, ha ignorado la tradición de su partido, al coaligarse con quienes no estaba autorizado expresamente por sus votantes, que le aportaron escasos 123 escaños...
No le importó desdecirse, mentirse para luego mentir, con tal de aferrarse al sillón que ocupa en La Moncloa, pretendiendo explicar lo inexplicable...
Y esa postura altanera,fabricadora de excusas, necesitada de apariciones televisivas al levantarse el telón en el teatro que montó con sus incondicionales seguidores, y necesitada de aplausos, generó la deriva que trajo consigo, inestabilidad social, violencias y rupturas entre los españoles, huida de la inversión productiva generadora de empleo, crisis en el mercado de trabajo, recelos en la Unión Europea, carencia financiera que se multiplicó luego con las consecuencias de ese andar errático, incluso antes del confinamiento por la pandemia...
Frente a ese panorama repleto de incertidumbres, algo tiene que ocurrir, además, y así lo deseo para que no se concreten esos intentos de abordar, transformaciones que nos impongan desde afuera, un nuevo orden proveniente de super poderes utilizando a los bien mandados que ahora están enquistados en los espacios de poder, cuando corresponde a los españoles y a todos los que habitamos en esta gran Nación, y no a algunos que no son pocos que se consideran "iluminados", pero que no arrojan ningún resplandor...
Algo tiene que ocurrir, desde adentro y desde afuera de fronteras, para que una necesaria resistencia que ya asoma en el horizonte de las esperanzas, pueda concretar de algún modo, el restablecimiento de la normalidad perdida, y el legítimo derecho de aplicar responsabilidades a los actores que hoy manejan el timón inexplicable de su deriva...
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