sábado, 3 de diciembre de 2016

EN POS DE UN RESPLANDOR RENOVADOR...

Cuando ayer releía mi primera producción escrita, el ensayo: "Memorias y Sueños" que comencé a escribir el 22/1/1975, volví a sentir el lamento de no haberlo publicado todavía, dado que el ensayista que fui durante tantos años en Uruguay, le cedió el paso al novelista que en España se expresó después, al creer que este era un tiempo más propicio para divulgarlas como lo vengo haciendo desde hace unos años.
Siempre me quedará la duda, pero más allá de eso, sigo aferrado al convencimiento de que en mis ensayos todavía no publicados (son ocho), está lo más valioso de mi producción escrita, conservando además, conceptos cuya actualidad se mantiene vigente, más allá del tiempo transcurrido.

Comparto hoy pantallazos de ese primer ensayo en el que sostenía:

"No es admisible que se nos dé tanto, para que nuestros torpes vacíos lo conviertan en nada, en vacíos...
Somos nosotros los que no engañamos a nadie, sino a nosotros mismos, los que le ponemos un techo a nuestro crecimiento, conformándonos con una mediocridad que impide todo vuelo hacia horizontes nuevos, con resplandores que suelen estar en la inmensidad de lo insondable...
Somos nosotros los que le damos la espalda a lo trascendente, para privilegiar inmediatez, frivolidad, hielos y vacíos...
Yo le rindo culto a mis búsquedas, y abro mi alma a una Verdad, la misma que reclamo para mi pequeño hijo, para que nunca tenga oscuridades en su camino, como yo percibo tenerlas cuando quiero razonarlo todo y me lleno de sombras, por terco y obstinado.
Ojalá que él no le ponga un candado a sus posturas, y que siempre abra las compuertas de su corazón para permitirse reflexionar sobre alternativas nuevas, sobre aires renovadores que refresquen su ser y oxigenen su espíritu, mucho más valioso que cualquier otro intento material o exterior a él que lo pueda perturbar.
Desde temprana edad muestra que es rico de espíritu y viene acumulando testimonios de bondad y desprendimientos, que serán muy valiosos para su vida.
Tiene un corazón lleno de oro, y esa riqueza intangible de su bondad, con el agregado de su natural capacidad, serán columnas de su templo, apoyo esencial en el difícil mundo en el que le tocará vivir y vencer, superándose, marchando con paso firme en pos de las sendas que lo puedan llevar hacia el destino que elija para su vida.
Aunque le cueste el esfuerzo de transpirar la vida, aunque lo marquen los golpes de las circunstancias, otro valor tendrá el disfrutar de una conquista, fijándose metas con el coraje y la seguridad de alcanzarlas, aunque por el camino deje, lágrimas de sangre..."

Siempre entendí, que ese maravilloso don gratuito que es la vida e incomprensiblemente efímero, sea desaprovechado con vacíos que congelan el alma, permitiendo que nos envuelvan las sombras...

Se nos ha dado todo, un potencial que no desarrollamos y que estropeamos por un canje insensato que nos impide el resplandor renovador.


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