Muchas veces en la vida nos enfrentamos a encrucijadas, como puntos críticos ante los cuales debemos optar o decidir.
También se presentan cuando algunos periodistas en entrevistas televisivas, solicitan respuestas entre el sí o el no, entre el ahora o el nunca, que podemos comprender por sus urgencias pero no compartir, respecto a las eventuales respuestas de sus entrevistados.
Se omite que el tránsito hacia la verdad o el acierto, pasa también por matices, por el condicional de las circunstancias, y a veces no se pone en valor que entre el blanco y el negro también están los grises u otros tonos, porque si complejas son las circunstancias, también lo es la naturaleza humana...
El hombre debe debatir primero consigo mismo, elaborar interiormente las razones a esgrimir para resolver un punto crítico, o sacar a relucir matices en sus argumentos siempre, absolutamente siempre, orientado por honestidad conductiva y grandeza conceptual...
No se alcanza la verdad ni se le arroja resplandores al acierto, con excusas, mentiras o medias verdades acomodaticias que siempre conducen al engaño, a la falsedad que cubre de sombras el convivir.
En los últimos meses en España, estamos comprobando la vergüenza de conductas políticas flechadas, repletas de encasillamientos insensatos que condicionan al colectivo social de sus pueblos, al interés mezquino de una fachada partidista o personal, por protagonistas que no son más que representantes de la voluntad popular, verdad esencial que olvidan, que guardan en el cajón de abajo porque en el de arriba, o mejor dicho, arriba de todo, anteponen el "yo" ante el supremo "nosotros"...
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