viernes, 12 de septiembre de 2014

Para que la brevedad no me acorrale...

Yo sé muy bien que la brevedad no ha sido uno de mis mayores esmeros.

No la he desdeñado, al considerar el enorme potencial de aquellos que expresan brevemente la vastedad conceptual.

Pero vengo de un ayer en el que justamente la espontaneidad me ha hecho tomar distancia de lo elaborado previamente, dado que mis contenidos irrumpen como cascada incontrolable, como tantas veces lo he sostenido, "desde la mansedumbre del lago interior" que, al encontrar la brecha por donde escapar del encierro casi que atropella buscando emanciparse... 

Y como en tantos casos los encasillamientos me perturban, sin darme cuenta actúo y me expreso así, para que la brevedad no me acorrale..., o no ponga en evidencia mis limitaciones expresivas.

Mis ansiedades de siempre se hermanan con la presión contenida en el lago interior, y en general, rompen los diques de contención para salir con libertad esperanzado en regar orillas secas, para darles fertilidad donde puedan germinar las semillas del amor ganándoles la porfía a la cizaña que pretende asfixiarlas.

Así de breve siento hoy, la citada vastedad que se manifiesta en este presente tan enmarañado por intrincadas malezas y malas hierbas...







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